Líos y meteduras de pata políticas de unos y otros
Captura del 'tuit' de Ignacio Gonzále
Apenas han sido unos minutos, pero tiempo suficiente para que decenas de seguidores de la cuenta oficial en Twitter del presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, hicieran una 'captura' de uno de sus 'tuits' más polémicos: un chiste 'picante' con los Reyes Magos como protagonistas, especialmente Baltasar.
"Los Reyes Magos tenían frío y les di un abrigo. Tenían sed y les di agua. Tenían hambre y les di comida. Querían sexo... y les di tu dirección. Así que ponte las pilas, porque son tres y uno es negro, ja, ja, ja, ja", es el texto del chiste, insertado en un dibujo de los Reyes Magos.
Poco después, el presidente madrileño informaba también a través de la red de 'microblogging' del error, y pedía disculpas: "Una persona de mi equipo ha pinchado por error en un enlace y se ha publicado un tuit que no es mío. Disculpad"
No es la primera vez, ni seguramente la última, que un político 'patina' en Twitter. El caso más sonado fue el de la actual ministra de Empleo,Fátima Báñez. El mismo día en que Mariano Rajoy comparecía para dar explicaciones sobre el préstamo de 100.000 millones a la banca española acordado por el Eurogrupo, Báñez (o alguien de su equipo) publicaba en su perfil de Twitter los resultados logrados en un juego: "¡Obtuve 5390 puntos en Bubble Shooter Adventures! ¿Puedes mejorarlo?'".
Algo similar le sucedió al presidente de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago, quien dio de baja su cuenta en Twitter (@JAMonago) después de que en ella se publicara un mensaje automático que se genera tras lograr un récord en el videojuego Doodle Jump.
En otro apartado están las faltas de ortografía. Duró apenas segundos, pero en el Twitter del líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, figuró momentáneamente un "deshaucio" en lugar de desahucio. El 'tuit' fue rápidamente borrado y corregido. También le sucedió en plena campaña catalana a la candidata 'popular', Alicia Sánchez Camacho, en cuyo perfil apareció la palabra extranjera con dos faltas de ortografía: "No quiero ir al pueblo de mi madre, Almendralejo, y que me consideren estrangera. Esa no es la Cataluña que quiero", ponía.
Elena Valenciano sabe bien lo que significa cometer un error en las redes sociales. Durante el encuentro de la pasada Eurocopa entre Francia y España, la vicesecretaria general del PSOE publicó un 'tuit' que aludía al físico de la estrella gala Frank Ribery. "¿Habéis visto un tío más feo que Ribery?", decía.
Pronto un aluvión de respuestas afeó el comentario de Valenciano, que dijo desconocer que el capitán de la selección había sufrido un grave accidente de pequeño, del que se derivan las cicatrices en su rostro. La propia Valenciano reconocía en un debate sobre las redes sociales que le costaba "despegarse" de su "doble identidad" ciudadana y política. "De ahí vienen mis problemas", afirmó.
En la mayoría de los casos, los perfiles sociales de los políticos están manejados por ellos mismos y por su equipo, como en el caso de Ignacio González. Y también en la mayoría de los casos la culpa recae sobre esos 'colaboradores'. También el Twitter de Rosa Díez es actualizado por otras personas, como quedó demostrado durante una entrevista de televisión. Mientras la política hablaba en directo, alguien 'tuiteaba' desde su cuenta
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