Chispa, progresión, quiebros, vibración y mucho, mucho carisma en 256 colores
La estampa de Scarlett Johansson contoneando su cuerpo en un gif animado como este nuevo “scarlett-johansson-gif-2.gif” nos recuerda, inevitablemente, a otras cumbres de su dilatada trayectoria en Internet como “scarlett_titties.gif”, “bouncing.gif” o “13618433.gif”. Sin embargo, este último gif animado sexy remite con mayor fuerza que ningún otro que se haya podido ver antes al suspense de raíz hitchcockiana: lleva las expectativas e ilusiones del espectador hasta el límite, sin que éste pueda apartar los ojos de la pantalla esperando un final que es consciente de que no tendrá lugar. Sin duda, estamos ante una obra maestra del audiovisual, el producto de imagen en movimiento más estimulante en lo que va de año.
Gran pulso narrativo en un gif sexy que te atrapa y no te suelta
Este nuevo e hipnótico gif sexy de Scarlett Johansson, probablemente extraído de alguna película (vaya usted a saber cuál, ¿acaso importa?) se ha dado a conocer en el recopilatorio “The 40 sexiest Scarlett Johansson GIFs”, donde se repasa la trayectoria de la actriz y se descubren algunas joyas hasta ahora inéditas, al menos para este crítico. El gif que nos ocupa, de casi tres segundos de duración, muestra a la actriz nadando en una piscina y sumergiéndose en el agua. Una y otra vez. Y en todas y cada una de las miles de veces que el espectador medio quedará embelesado mirando el gif -que atrapa la mirada y no la suelta-, esperará que Scarlett se propulse hacia arriba con mayor aplomo para que su cuerpo emerja unos centímetros más del agua. Cosa que, obviamente, no sucede.
Y he aquí uno de los datos más infalibles para medir la capacidad de arrastre y enganche de un gif animado: este nuevo gif sexy de Scarlett Johansson tiene un metraje considerable (esos 2,6 MB de peso tienen razón de ser) y, paradójicamente, se hace cortísimo. Síntoma, pues, de que hay algo en el mismo que funciona bien, muy bien. El suspense se mantiene eternamente: el optimismo del espectador no decae. Decepciona una y otra vez, no se modifica ni un ápice… y sin embargo esperas que así sea, que en cualquier momento te sorprenda. Ahí reside la genialidad del conjunto.
En definitiva, el creador de este gif parece haberse despojado de la falta de sutileza de la que había hecho gala anteriormente (en gifs más explícitos protagonizados por Katty Perry, entre otras) para redescubrir el placer de sugerir y de meter al espectador en una crónica tradicional de búsqueda del objeto amado. Un juego de poder y traiciones en el que su protagonista parece prometernos, con una interpretación medidísima, un fruto que nunca llega.
No en vano, ha eclipsado otros gifs de la semana que probablemente no hayan recibido la acogida que merecían: por ejemplo, el de un gato americano cayéndose al WC en bucle, una y otra vez, eternamente. Al fin y al cabo, la fascinación por los gifs animados, sobre todo si son de los “sexis”, se basa en una pregunta reflexiva, casi ontológica: “¿Cuando cierro el navegador, Scarlett sigue dándose chapuzones, atrapada sin descanso en los confines de Internet? Porque, si es así, yo no me lo pierdo”.
Chispa, progresión, quiebros, vibración y mucho, mucho carisma en 256 colores
La estampa de Scarlett Johansson contoneando su cuerpo en un gif animado como este nuevo “scarlett-johansson-gif-2.gif” nos recuerda, inevitablemente, a otras cumbres de su dilatada trayectoria en Internet como “scarlett_titties.gif”, “bouncing.gif” o “13618433.gif”. Sin embargo, este último gif animado sexy remite con mayor fuerza que ningún otro que se haya podido ver antes al suspense de raíz hitchcockiana: lleva las expectativas e ilusiones del espectador hasta el límite, sin que éste pueda apartar los ojos de la pantalla esperando un final que es consciente de que no tendrá lugar. Sin duda, estamos ante una obra maestra del audiovisual, el producto de imagen en movimiento más estimulante en lo que va de año.
Gran pulso narrativo en un gif sexy que te atrapa y no te suelta
Este nuevo e hipnótico gif sexy de Scarlett Johansson, probablemente extraído de alguna película (vaya usted a saber cuál, ¿acaso importa?) se ha dado a conocer en el recopilatorio “The 40 sexiest Scarlett Johansson GIFs”, donde se repasa la trayectoria de la actriz y se descubren algunas joyas hasta ahora inéditas, al menos para este crítico. El gif que nos ocupa, de casi tres segundos de duración, muestra a la actriz nadando en una piscina y sumergiéndose en el agua. Una y otra vez. Y en todas y cada una de las miles de veces que el espectador medio quedará embelesado mirando el gif -que atrapa la mirada y no la suelta-, esperará que Scarlett se propulse hacia arriba con mayor aplomo para que su cuerpo emerja unos centímetros más del agua. Cosa que, obviamente, no sucede.
Y he aquí uno de los datos más infalibles para medir la capacidad de arrastre y enganche de un gif animado: este nuevo gif sexy de Scarlett Johansson tiene un metraje considerable (esos 2,6 MB de peso tienen razón de ser) y, paradójicamente, se hace cortísimo. Síntoma, pues, de que hay algo en el mismo que funciona bien, muy bien. El suspense se mantiene eternamente: el optimismo del espectador no decae. Decepciona una y otra vez, no se modifica ni un ápice… y sin embargo esperas que así sea, que en cualquier momento te sorprenda. Ahí reside la genialidad del conjunto.
En definitiva, el creador de este gif parece haberse despojado de la falta de sutileza de la que había hecho gala anteriormente (en gifs más explícitos protagonizados por Katty Perry, entre otras) para redescubrir el placer de sugerir y de meter al espectador en una crónica tradicional de búsqueda del objeto amado. Un juego de poder y traiciones en el que su protagonista parece prometernos, con una interpretación medidísima, un fruto que nunca llega.
No en vano, ha eclipsado otros gifs de la semana que probablemente no hayan recibido la acogida que merecían: por ejemplo, el de un gato americano cayéndose al WC en bucle, una y otra vez, eternamente. Al fin y al cabo, la fascinación por los gifs animados, sobre todo si son de los “sexis”, se basa en una pregunta reflexiva, casi ontológica: “¿Cuando cierro el navegador, Scarlett sigue dándose chapuzones, atrapada sin descanso en los confines de Internet? Porque, si es así, yo no me lo pierdo”.
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