ASÍ ÉRAMOS
El 'Compromís de Casp' marcó hitos
En 1410 muere sin descendencia Martín el Humano, rey de Aragón, con lo que se plantea la cuestión sucesoria de una Corona que abarca a Aragón propiamente dicho, el principado de Cataluña y el reino de Valencia. A partir de ese momento se ponen en marcha los poderes políticos en busca del mejor candidato y con la idea central de hacerlo por consenso y manteniendo la unidad.
Fruto de aquel clima de entendimiento entre los poderes de las tres regiones de la Corona fue el pacto denominado como 'La Concordia de Alcañiz', acordándose que nueve personalidades (tres de cada una de las tres partes) serían las encargadas de elegir al mejor rey en el plazo de unos pocos meses, cosa que se consiguió en el famoso 'Compromiso de Caspe', que entronizó al infante castellano Fernando de Antequera. La fecha del acta de elección es del 25 de junio de 1412 y la proclamación se realizó el día 28.
Para conmemorar el 600 aniversario de aquellos hechos históricos y contribuir a aclarar aspectos sobre los que se ha mantenido cierta polémica entre historiadores e intereses políticos durante tanto tiempo, Lo Rat Penat organizó el año pasado un ciclo de conferencias en el que participaron profesores y autores de tanto prestigio como José Vicente Gómez Bayarri, Fray Alonso Esponera, Amparo Cabanes, José Francisco Ballester-Olmos, Francisco A. Roca, Vicente Ll. Simó Santonja y Asunción Alejos.
Ante el éxito de la convocatoria y la relevancia de las aportaciones realizadas, Lo Rat Penat decidió aglutinarlas en un libro, editado por el Ayuntamiento de Valencia, que se titula 'Perspectives del Compromís de Casp', que fue presentado ayer en la Lonja y al que se han añadido nuevos textos de Fernando Millán, Federico Martínez Roda y del presidente de la institución valencianista, Enric Esteve, que recuerda la importancia histórica de aquellos acontecimientos que marcaron hitos trascendentales para el devenir de Valencia y de España.
Hubo riesgo de ruptura
En la presentación del libro, José Francisco Ballester-Olmos destacó la voluntad de consenso que mostraron en el siglo XV los poderes políticos de la Corona de Aragón, cuando ya llevaban «tres siglos compartiendo un proyecto común y se vieron ante una insólita situación de vacío de poder legítimo y legal».
Como el sistema de orden establecido en cada territorio había crecido «en el respeto a los intereses del conjunto», prevaleció ese clima de avenencia para llegar a un acuerdo entre todos. No obstante, los equilibrios se vieron alterados y «la unión, largamente conservada, se puso en riesgo ante una posible ruptura que nadie había previsto». Finalmente, se mantuvo el orden, se restableció la armonía mediante el debate y la palabra y se evitó quizá un conflicto armado. Una lección, en suma, para otras épocas, otros ámbitos y otras tentaciones.
Ballester-Olmos invitó además a leer detenidamente esta obra, escrita por «extraordinarios especialistas», en el convencimiento de que el rigor científico de sus contenidos y hasta su amenidad «les satisfará y descubrirán apasionantes personajes e importantes pasajes de la historia de Valencia».
Seis fueron los candidatos que optaron inicialmente a ser elegidos para el trono de Aragón. De ellos quedaron al final dos: Fernando de Antequera, que sería elegido con el apoyo de valencianos, aragoneses y una parte de la burguesía de Barcelona, y Jaime de Urgell, que tenía el apoyo mayoritario de Cataluña.
Fernando I era nieto, por parte de madre, del rey aragonés Pedro el Ceremonioso, y lo que se debatió con mayor intensidad fue si el derecho sucesorio se transmitía también por el lado materno, que fue el criterio que prevaleció. Fue el primer rey de Aragón de la casa de Trastámara y su elección marcó el inicio de una larga época de esplendor de Valencia, que vino a sustituir gran parte del protagonismo anterior de Barcelona en el Mediterráneo. De ahí las polémicas y reticencias catalanas que aún perduran sobre aquellos episodios históricos.
Fruto del resultado del Compromís de Casp puede decirse también que fue el futuro de España. Fernando el Católico era nieto de Fernando de Antequera, y no habría llegado a rey si no lo hubiese sido su abuelo, ni habría integrado con Isabel de Castilla la unidad de España, ni se habría desarrollado igual todo lo posterior: el fin de la Reconquista, el Descubrimiento de América, el imperio de Carlos V...
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