Teresa Gisbert continúa al frente de la Fiscalía Provincial. No sólo está satisfecha por su renovación sino por la forma. «Me votaron de las dos asociaciones (conservadores y progresistas), destaca.
-Ahora cada fiscal de Valencia ha tenido que 'apuntarse' a una especialidad. ¿Por qué?
-Se trata de los que despachan penal. Heredé una situación en la que se apuntaban voluntariamente a las secciones. Ya no se puede vivir del voluntarismo. Esto, además, suponía que estos compañeros trabajaban mucho más que el resto al llevar lo de su juzgado y la especialidad. Y la problemática tan específica de algunos delitos obligar a incrementar la formación.
-Al parecer, no sa sido fácil encontrar refuerzos para Anticorrupción.
-(Ríe) Algunos compañeros, los mínimos, no han ido voluntariamente porque eligieron otras secciones. Todos tenían tres opciones y sólo a ocho no les llegó ninguna de sus propuestas.
-Finalmente ha terminado gente muy joven en ese departamento.
-A la gente joven le preocupa porque se trata de temas muy complejos. Ellos habían pedido determinadas secciones a sabiendas de que no les iba a llegar porque eran las más demandadas -se tenía en cuenta la antigüedad-. Por eso se les ha asignado. Ahora están perfectamente integrados. Y no se les va a repartir asuntos por igual a gente que acaba de entrar. Poco a poco. Aquí trabajamos mucho en equipo.
-No dejan de sucederse los asuntos de corrupción.
-Bueno, para mí lo importante es que se están investigando. Otros ya se han instruido y los acusados están a punto de sentarse en el banquillo. Esta es la visión positiva.
-Las familias de bebés robados han denunciado un archivo masivo de casos.
-En algunos casos entiendo que hay delito. Pero nos encontramos con algunos problemas. No podemos conocer si ese niño ha sido sustraído y en el caso de que lo acreditáramos no podemos obtener una condena porque no hay nadie vivo para acusarlo. No queda otra que archivar. Entiendo que es doloroso. Y este ha sido el motivo por el que se han cerrado algunos casos. Lo saben todas las asociaciones. Si ellos consideran que no estamos actuando bien, que lo lleven al juzgado. Pero allí no harán ninguna diligencia que no hayamos hecho ya.
-Los menores y el uso que hacen de las nuevas tecnologías es un asunto que empieza a ser más que preocupante.
-Me llama mucho la atención que jóvenes de 12, 13 y 14 años se graben con poca ropa o nada, en posiciones sexualmente explícitas, y voluntariamente lo envíen a algún compañero. Es un fenómeno que está aumentando. Luego, el contenido se distribuye por la red. No tienen la madurez suficiente para valorar la importancia de que eso circule sin control y los perjuicios que puede causar. Y pasa en familias de clase media, padres preocupados que no entienden nada. Los jóvenes han copiado los modelos de los adultos. Damos un mal ejemplo.
-La Fiscalía tiene abiertas dos investigaciones por el accidente del metro. Se presentaron a raíz de un reportaje en televisión sobre el siniestro.
-De las investigaciones solo diré que estamos a la espera de unas diligencias. El programa sirvió para que las víctimas volvieran a gozar de reconocimiento. No pueden sentirse olvidadas. Jamás criticaré a una víctima. Eso no quita que jurídicamente el tema se resolviera en su día con el archivo de la causa.
-La Fiscalía ha mantenido una postura muy 'vanguardista' con la polémica por los abusos de los bancos y los desahucios.
-En esto hemos sido pioneros. El fiscal no interviene en los desahucios, pero sí en las cuestiones de competencia. Planteamos que no era necesario una cuestión prejudicial frente al Tribunal Europeo sino que la aplicación de la directiva europea ya habilitaba al juez para valorar si había cláusulas abusivas en las ejecuciones hipotecarias. -¿Cómo ve los escraches?
-Tenemos dos procedimientos en juzgados (Belén Juste y González Pons). Hay muchas vías para dirigirse a un diputado y transmitirle lo que se considere sin necesidad de plantarse en su casa y meterse en el portal si es que esto realmente se produjo. Esto, para mí, excede la libertad de manifestación.
-La Fiscalía se ha opuesto al 83% de los indultos en el último año. ¿Qué opinión le merece el perdón concedido al kamikaze?
-Yo me opuse. A mí, por lo que he leído, me extraña que el Gobierno alegara cuestiones que ya se habían dilucidado en el juicio. Hechos nuevos no hubo. Tampoco otras circunstancias extraordinarias en el procedimiento o en la vida posterior del condenado.
-El caso Feghouli trajo polémica. Un jugador del Valencia CF que iba sin carné y quedó sin castigo.
-Asuntos como ese hemos tenido muchos con idéntico resultado. Se ha aplicado la ley. Si hubiéramos considerado que había indicios, habríamos acusado. Nos da igual que fuera futbolista del Valencia. En un principio, parecía que no estaba acreditado que hubiera tenido carné. Pero en la causa consta como la Policía de Marsella certificó que era titular del carné y este se le retiró en Francia. En España lo que se castiga es no haber tenido nunca la licencia o el permiso.
-¿Siempre se mantuvo el mismo criterio? Lo digo porque el propio abogado del futbolista vino a aceptar una conformidad.
-Siempre mantuvimos el mismo criterio. Al principio, el jugador dijo que iba a traer el carné y no lo trajo. Pero ya le digo que se comprobó que realmente lo había tenido. Si el abogado vino luego o no, eso no lo sé.
-El fiscal Luis Sanz está ahora en el TSJ. Abandonó la Fiscalía Antidroga diciendo que se iba harto de trabajar solo durante 22 años. Tras su marcha, se creó la sección.
-No tiene nada que ver. Él se fue voluntariamente a una plaza vacante en el TSJ. Yo tenía la intención de crear la sección antidroga, y él lo sabía. Y respecto a lo de que estaba harto de trabajar solo, pues él sabrá cómo ha trabajado. Tenía dos compañeras que le llevaban algunos asuntos. Apoyo ha tenido de muchos compañeros.
-Antes de presentarse a la renovación, ¿usted no sondeó el Poder Judicial o un regreso a la Fiscalía de Menores?
-Falso. Ni he sondeado ni me han sondeado. Yo sólo quería ser fiscal jefa provincial. No sé de dónde ha salido eso. A Menores ni me lo había planteado. Si no me hubieran renovado me habría dedicado a cosas nuevas.
-El fiscal Superior Ricard Cabedo se jubila en septiembre. Se da por hecho que lo sustituirá Antonio Montabes.
-Magnífico. Reúne el perfil perfecto por carácter y formación. Estaría encantada de tenerlo en la Superior.
-Las viviendas oficiales para la presidencia del TSJ y del Fiscal Superior van a desaparecer.
-No lo veo descabellado. Esto responde a una etapa anterior, cuando los titulares venían de fuera. Y a una época en la que eran necesarias mayores medidas de seguridad.
-¿Cree que a Cabedo se le ha criticado injustamente por ser de izquierdas?
-Sí, se le ha criticado injustamente. Una cosa es que se critique por el contenido jurídico, pero muchas veces se le ha atacado porque decían que había actuado de una determinada manera porque su mujer era diputada del PSPV.
-¿Y a usted, por qué no? Ha dirigido procedimientos contra dirigentes del PP como Bellver (Jardines de Monforte) y Enrique Crespo (Emarsa).
-Y del PSOE también, eh!
-Sí, pero a usted no le han salpicado las críticas.
-Pues, no lo sé... Como no estoy casada con un diputado del PSOE, pues a lo mejor no lo unen. Me parece absurdo que alguien opine que un fiscal actúa de una manera distinta según el partido político al que pertenezca. Es absurdo e imposible.
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