martes, 16 de julio de 2013

Objetos que levitan, y se pueden dirigir

CIENCIA: 

Objetos que levitan, y se pueden dirigir

Científicos crean un sistema que permite mantener objetos en suspensión, y desplazarlos a voluntad, gracias al uso de ondas de sonido

Objetos que levitan, y se pueden dirigir
La levitación acústica tiene muchas aplicaciones médicas. ANL
Un equipo de investigadores ha desarrollado una tecnología que permite mantener en suspensión objetos pequeños, y además desplazarlos a voluntad. Esto permite mezclar sustancias sin necesidad de recipiente, por lo que puede ser muy útil para la industria farmacéutica.
No es la primera vez que se consigue hacer levitar algo a través de ondas de sonido –que son ondas de presión en el aire–, sino la primera vez que consiguen, además, desplazar los objetos a voluntad mientras están ‘flotando’. Durante el último siglo la técnica solo había avanzado para conseguir elevar objetos más grandes, o más densos. «Era como si tuviésemos un coche que hacíamos más y más bonito, pero que se quedaba aparcado. No éramos capaces de conducirlo», explica Dimos Poulikakos, investigador responsable del proyecto.
Para conseguir que los pequeños objetos levitasen y se moviesen los investigadores crearon una superficie del estilo de una mesa de ajedrez en la que cada cuadrado era capaz de emitir una frecuencia diferente. Mediante variaciones en las frecuencias que emiten estas placas han conseguido mover el campo acústico que generan y, con él, los objetos que se encuentren dentro.
Entre las pruebas que han hecho los investigadores han mezclado sodio y agua –una reacción violenta y explosiva– o granos de café con agua. También fueron capaces de hacer levitar y rotar un palillo de madera. Hasta el desarrollo de este sistema, explican los investigadores, nadie había conseguido controlar objetos de más de unos pocos milímetros.
En la actualidad la tecnología desarrollada solo es capaz de levantar y controlar objetos con una densidad tres veces superior a la del agua. Aun así los investigadores ya trabajan en mejorar el sistema y poder utilizarlo con otros materiales como el acero.
«Lo que han hecho es impresionante», explicó Chris Benmore, un físico estadounidense no implicado con el trabajo. «Hasta donde yo sé nadie había intentado nada parecido».

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