Más de 30 expertos universitarios españoles, de múltiples disciplinas, han redactado un documento de consenso sobre la obesidad. El artículo, publicado en el número de este mes de Nutrición Hospitalaria, la revista científica de nutrición más prestigiosa de nuestro país, se presentó ayer en la universidad CEU San Pablo. Sus promotores aseguran que se trata del primer informe de este tipo en el mundo, pues hasta la fecha no se había elaborado ningún documento que abordara la problemática de la obesidad desde sus múltiples factores: médicos, biológicos y sociales.
Según los firmantes del documento, dado que los factores que influyen en el sobrepeso se sustentan en un marco multifactorial que incluye desde aspectos genéticos hasta el equilibro entre el ingreso y el gasto energético, se hace necesario tener en cuenta, a la hora de tratar el problema, factores relacionados con causas tanto personales como sociales.
Entre los aspectos exógenos, aparecen el escaso consumo de alimentos y bebidas de alta densidad energética, sedentarismo, bajo consumo de frutas y verduras, alteraciones del peso al nacimiento, ausencia de lactancia materna, etc., con una serie de condicionantes ambientales como un nivel sociocultural o socioeconómico bajo, un entorno desfavorecido y otros aspectos que directa o indirectamente influyen sobre las conductas alimentarias y la respuesta fisiológica del organismo a la actividad física. Asimismo, la actual situación económica, en la que buena parte de la población está atravesando situaciones difíciles, contribuye a una actitud psicológica que aleja de las posibles soluciones.
En la prevención del sobrepeso y la obesidad adquieren especial importancia los aspectos socialesDesde el ámbito asistencial, se mantiene desde hace años una llamada de atención sobre laescasa capacidad de intervención nutricional sobre los pacientes, por falta de personal cualificado que se encargue de colaborar en la educación alimentaria y terapéutica, lo que repercute en una escasa adherencia a los tratamientos. Además, se detecta un escaso soporte psicológico en una patología que incluye aproximadamente un 30% de alteraciones del comportamiento alimentario, entre otros asuntos susceptibles de mejora.
Sabemos menos de lo que creemos
Este análisis científico ha sido coordinado por el profesor Gregorio Varela-Moreiras, catedrático de nutrición y bromatología de la universidad CEU San Pablo y presidente de la Fundación Española de Nutrición. En su opinión, tal como ha explicado en la presentación del documento, la prevención del sobrepeso, la obesidad y el sedentarismo deberían incluirse en la “cartera de servicios” del sistema de salud en España, a través de sus diferentes versiones. ­
La obesidad, asegura el científico, no sólo es provocada por una mala alimentación y unos hábitos de vida sedentarios. No conocemos todavía suficientemente bien el origen y las causas, y a veces hay tendencia a “creer” más que a “conocer”. La realidad es que se trata de un problema complejo en el que influyen otros factores que solemos pasar por alto como las horas de sueño, el empleo abusivo de ciertos fármacos, la disminución del hábito tabáquico, el fenómeno global de la migración/inmigración, o el excesivo “confort térmico”, entre otros.
Existe la opinión unánime de considerar a la familia como el mejor modelo de aprendizaje para unos hábitos alimentarios saludablesEn la prevención del sobrepeso y la obesidad, y el exceso de sedentarismo y la inactividad física, adquieren especial relevancia también los aspectos sociales. No sólo es importante lo que se come y lo que se bebe, sino también el cómo se come y cómo nos movemos. En opinión de los expertos, es necesario recuperar todo lo relacionado con la socialización de la comida o la vida activa compartida. Existe la opinión unánime de considerar a la familia, en sus diferentes estructuras, como el mejor modelo de aprendizaje para unos hábitos alimentarios y de estilos de vida adecuados y saludables. Por tanto,las políticas de prevención deberían orientarse de manera prioritaria a poder llegar y comunicar con el núcleo familiar.
Hay medidas que se pueden tomar en cualquier hogar para frenar la obesidad, como evitar comer viendo la televisión y minimizar la exposición los niños y adolescentes a los anuncios no adecuados relacionados con alimentación.
La Decana de la Facultad de Farmacia de la Universidad CEU San Pablo, Beatriz de Pascual-Teresa, y el Catedrático de Nutrición de la Universidad CEU San Pablo, Gregorio Varela. (CEU)
No todos los obesos son iguales
Muchos de los estudios observacionales y de intervención no suelen tener bien definidas las poblaciones de estudio, y se ha venido considerando al individuo “obeso” o “sedentario” con una tipología de “único”, desde el punto de vista fisiológico o patológico. Existe consenso científico actual de que no existe “la obesidad” como un fenómeno unitario, sino distintos tipos de “obesidades”, y esto requiere planteamientos innovadores en la prevención y tratamiento de cada condición en particular, pero además en materia de investigación, pues se reafirma la necesidad de un abordaje multidisciplinar.
El estilo de vida mediterráneo es el mejor modelo para prevenir la obesidadEl documento identifica también cuáles son losproblemas específicos de nuestro país de cara a combatir la obesidad. Los científicos constatan un bajo consumo en nuestro país de cereales y derivados, verduras y hortalizas y legumbres. Por el contrario, se observa un elevado consumo de carnes grasas, embutidos y azúcares sencillos. Esto implica un perfil calórico desequilibrado. El estilo de vida mediterráneo, considerado en todos sus aspectos (alimentación, actividad física y socialización), en definitiva como un óptimo de filosofía de vida, se considera el mejor modelo en la prevención, probablemente también en el tratamiento del sobrepeso y la obesidad y el excesivo sedentarismo.
El documento asegura que la industria agroalimentaria en España ha jugado, y lo continúa haciendo en el presente, un papel fundamental en la mejora de la oferta alimentaria, la seguridad alimentaria, y la erradicación de las situaciones de desnutrición general y específica pero, al mismo tiempo que reconoce su papel, solicita más apoyo y colaboración, fundamentalmente a la industria relacionada con el entretenimiento, el ocio, la actividad física y el deporte.
La importancia del ejercicio físico
La falta de ejercicio físico es uno de los problemas que más directamente se relacionan con la obesidad. Según el documento de consenso, y de acuerdo con los datos de la última Encuesta Nacional de Salud, “cuatro de cada diez personas (41,3%) se declara sedentaria (no realiza actividad física alguna en su tiempo libre). Uno de cada tres hombres (35,9%) y casi una de cada dos mujeres (46,6%)”.
Existe consenso científico en considerar la práctica de actividad física como una herramienta útil para la prevención de la obesidadEn opinión de los científicos firmantes, debe incrementarse el conocimiento para los diferentes grupos de edad sobre el impacto del diferente grado de actividad física.­ Independientemente de factores genéticos, familiares, etc., hay evidencia científica suficiente de que la actividad física deportiva regular disminuye el porcentaje de grasa corporal, y reduce factores de riesgo asociados a la enfermedad cardiovascular, diabetes o ciertas formas de cáncer. Existe consenso científico en considerar la práctica de actividad física como una herramienta útil para la prevención de la obesidad, por lo que debe promoverse la actividad física espontánea e impulsar la práctica deportiva y el transporte activo.
El llevar una vida activa debe asociarse no sólo con un mejor estado de salud, sino con el disfrute del tiempo y una mayor sociabilidad a todas las edades, pero de manera especial en la población infanto-juvenil y de edad avanzada.  La prevención de la obesidad no se ha considerado como objetivo prioritario en el contexto de las ciencias de la actividad física y el deporte hasta muy recientemente. Es por esto que se propone de manera urgente la inclusión de investigadores del ámbito deportivo, y también del educativo, en los equipos multidisciplinares que deben llevar a cabo las estrategias de prevención e intervención.