El chófer ingresaba dinero en cuentas de Carlos Fabra «al menos una vez al día»
Ocho directores de sucursales bancarias declaran en la quinta jornada del juicio al expresidente de la Diputación de Castellón
La quinta jornada del juicio contra Carlos Fabra, a quien la Fiscalía Anticorrupción pide 13 años de cárcel por cuatro delitos fiscales, tráfico de influencias y cohecho, contó ayer con las declaraciones de hasta ocho directores de bancos de la capital de la Plana y que vinieron a constatar que era el chófer de Fabra quien ingresaba dinero en sus cuentas, tal y como aseguraba el empleado del expresidente de la Diputación castellonenses en la última sesión del juicio.
La vista arrancó con media de hora de retraso ante al ausencia de Vicente Vilar, el único imputado que cumple pena de cárcel por un delito sexual, que fue transportado por la Guardia Civil hasta la Ciudad de la Justicia de Castellón. Fabra, más relajado -saludó a los periodistas-, tuvo que escuchar como un ciudadano le espetaba al entrar: «Ahí, ahí, a pagar lo que tienes que pagar».
Guillermo Segarra, director de la sucursal de la Caja de Ahorros del Mediterráneo hasta 2012, aseguró que «venían una vez al día» si bien, al igual que el resto de directores de bancos y cajas nunca vieron a Carlos Fabra ingresar dinero en sus cuentas, sino a su chófer, José Salvador Campos que acudía «al menos una vez al día».
Los ocho directores de entidades financieras admitieron que Carlos Fabra tenía cuentas en sus sucursales pero que nunca la vieron, salvo uno que era amigo de Carlos Fabra. Una versión que mantuvieron todos los directores e, incluso, uno reconoció que había sacado dinero en efectivo en caja con la tarjeta de otra entidad bancaria, en lugar de en el cajero de la propia entidad financiera, lo que «no es una práctica normal».
Los directores aseguraron no estar al día de ingresos superiores a 3.000 euros de forma continuada ya que, tal y como explicó Julián Martínez, director de Ibercaja, «desde mi despacho no se veía la caja» y todos apuntaron a que al final del día se hace un cómputo general de la caja, no por clientes.
La fiscalía trató de conocer por qué si se realizaban ingresos superiores a los 3.000 euros no se informaba a Hacienda, si bien el juez aseguró que no era una cuestión a juzgar ya que se preguntaba por un posible blanqueo de dinero.
De hecho, según preguntó la fiscal, hay días que en los que aparecen varios ingresos continuados en determinadas cuentas, siempre en efectivo. No obstante, tal y como explicó Feliz Toledano, director de Caja Madrid, «no hay una legislación clara al respecto» si bien señaló que «sería curioso que se hicieran ingresos de 4.000 euros de forma continuada».
La acusación también había llamado a declarar a varios joyeros de la capital de la Plana al constar facturas de Naranjax que habrían sido regalos para el matrimonio Fabra-Fernández.
No obstante, los propietarios y empleados de las joyerías sí reconocieron que Montserrat Vives, también imputada en el proceso, había comprado regalos «para su marido» y otros que nunca dijo para quienes eran.
De hecho, una de las joyeras admitió que abrió su negocio un día festivo para atender a Vives porque eran «buenos clientes». La propietaria dijo que nunca había visto al presidente de la Diputación castellonense Carlos Fabra.
También testificaron ayer familiares de Vicente Vilar que fueron socios en su día de Naranjax aunque, tal y como ya hicieran durante el proceso de la instrucción de la causa, admitieron que eran minoritarios y que en 2002 vendieron por 25 millones de pesetas (150.000 euros de ahora) las acciones a otra sociedad y que no conocían de nada a Fabra.
Por último, Juan José Guitián, exsubdirector de Agricultura, negó que Fabra presionara de algún modo para que se agilizaran las licencias. El exalto cargo del Ministerio señalaba que «recibí llamadas del exsenador Prim para conocer los retrasos en las licencias y les informé de que eran por falta de personal» y que se puso remedio a esta situación pero no por Naranjax, sino por todas las empresas del sector.
Durante su declaración, este testigo acabó por recordar que en su día sí contestó a Carlos Fabra que se interesó por los retrasos y se desdijo de las «presiones» que alegó durante su declaración en la instrucción alegando que «estaba confuso» y «hecho un lío». Además, este testigo dijo que «algo sabía» de una reunión de Carlos Fabra con Jesús Posada pero que no llegó a conocer de qué se hablo en ella. Además, dijo que Vilar le llamó «muy nervioso» para preguntar por la legalización de sus productos.
Por último, Rafael Milán, director general de Medios de Producción Agrícola, aseguró que todos los trámites para aprobar los productos de Vilar se hicieron siguiendo el procedimiento reglado.
Las declaraciones continuarán hoy en la sexta vista del juicio con el testimonio de Esteban González Pons, Juan Costa o el diputado nacional, Rubén Moreno.
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