martes, 8 de julio de 2014

La última carta de amor de Gina González a Alfredo di Stéfano

"Cachorrita"

La última carta de amor de Gina González a Alfredo di Stéfano

  • La leyenda del fútbol murió este lunes a los 88 años lejos de Gina González, su prometida

  • González mandó una carta a LOC unas horas antes de que Alfredo muriera

  • '¡Estuvimos cerca de firmar ese papel que no necesitábamos!', le dice Gina en la carta

  • 'Las almas gemelas se pueden separar físicamente, pero nunca espiritualmente'

Gina González y Di Stéfano, el día que anunciaron que se casaban.
Gina González y Di Stéfano, el día que anunciaron que se casaban. 

Alfredo di Stéfano murió este lunes a los 88 años después de que el pasado sábado sufriera un infarto a la salida de la celebración de su propio aniversario. La leyenda del fútbol se va con una cita pendiente con Gina González (38), la bella costarricense con la queestuvo a punto de casarse en 2013 pero a la que sus hijos dejaron plantada en el altar al conseguir la incapacitación y posterior custodia del genial delantero del Real Madrid.
'Vivo en Barracas, tal vez te suene de algo'
La joven, 50 años menor que su amante fallecido, no está desaparecida, como han publicado algunos medios. Tan sólo unas horas antes de que se produjese el óbito del ex jugador y presidente de honor del equipo blanco, Gina quiso comunicarse con él a través de este medio con una carta íntima que ha hecho llegar desde Argentina. Concretamente, desde Barracas, el barrio de Buenos Aires donde nació el crack blanco y donde ahora reside Gina, según cuenta ella misma en el siguiente escrito. De su propio puño, arremete contra los hijos de Di Stéfano y ajusta cuentas (amorosas) con la Saeta Rubia. LOC reproduce la última misiva de amor de "la cachorrita" Gina a su amor imposible. Una carta, con sabor a tango de Gardel, que Don Alfredo ya no podrá leer.
Querido Alfredo,
Este periódico me ha vuelto a contactar para que según ellos responda algunas preguntas. Hacerlo sería señalar a mucha gente que aprecias y eso no te gustaría. Cuando estaba contigo y cumplías años no dejaba de darle gracias a Dios por regalarme un año más contigo; hoy no puedo decir lo mismo. Lo más probable es que esto no lo llegues a leer, mucha gente correrá a quitarte el periódico de las manos para que no me leas, para que no me extrañes, para que no me recuerdes. Qué ilusos, porque nunca nos hemos separado, las almas gemelas se pueden separar físicamente, pero nunca espiritualmente. Al menos eso me enseñó una amiga, dice también ella que tú siempre serás mío, pero que no todas las almas gemelas están destinadas a estar juntas.
Sabía que en el mundo no cabía toda la humilde alegría de mi pobre corazón. Algunas otras amigas queriéndome ayudar a olvidarte, mejor dicho, a odiarte, utilizan la estrategia de decir que no luchaste por mí. Pero si aquella boca tuya mentía el amor que me ofrecía, por aquellos ojos brujos yo habría dado siempre más. Tal vez fue que aflojaste al llegar como hacía "Sarampión" el caballo de Carlitos Gardel que siempre perdía por una cabeza. ¡Estuvimos cerca de firmar ese maldito papel que no necesitábamos! Ojalá nunca me hubieras dicho que nos casáramos, ojalá yo hubiera sido menos egoísta para haberte dicho "no".
No estés celoso, la guitarra en el ropero todavía está colgada, nadie en ella canta, ni hace sus cuerdas vibrar. Si los restaurantes madrileños conversaran estos platos dirían de qué modo te quería, con qué fiebre te adoré. Sabes, encontré un lugar donde siento que he dejado de estar errante en la sombra, vivo en Barracas [el barrio porteño donde nació Alfredo di Stéfano en 1926], tal vez te suene de algo.
"Boludo" ya casi me sale de forma natural, aunque sin duda el "boluda" es el que mejor me pega por haberte perdido. Si te llega una postal de Gardel sin firmar es mía. Si te llega un bote de dulce de leche sin azúcar es mío. Si te llega un alfajor sin azúcar es mío. Y si quieres también puedo llegar yo. Claro, perdón, olvidaba que a la vida no se le puede pedir tanto, por aquello de las dudas sigo pidiendo a Dios. Te amo.
Atentamente,
Cachorrita.

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