Asaltan cinco veces en un mes una fábrica de muebles en Quart de Poblet
La Guardia Civil de Aldaia detuvo a uno de los ladrones poco después de que fueran
sorprendidos en el recinto por el empresario
Cinco asaltos en poco más de un mes y pérdidas de unos 20.000 euros que no cubre el seguro. El propietario de una fábrica de muebles de Quart de Poblet no sabe ya qué hacer para evitar que los ladrones desvalijen sus naves junto a la autovía A-3. El empresario ha reforzado las medidas de seguridad, telefonea al 112 y a la Guardia Civil cada vez que ve a un sospechoso y visiona en su móvil las grabaciones a tiempo real de la cámara de seguridad instalada en sus instalaciones madereras.
«Esto es un sinvivir. Cada vez que entran me destrozan algo, y haga lo que haga vuelven a robar días después», afirma Lucas Navarrete con el rostro cariacontecido. El último asalto en la fábrica de muebles tuvo lugar el pasado martes. El reloj marcaba las 20.35 horas cuando el empresario oyó unos ruidos extraños. «Me asomé por la ventana de la oficina y vi a cinco individuos dentro de la empresa. Uno de ellos llevaba una capucha», explica Lucas. «Me puse nervioso y no acertaba a activar la alarma sonora», añade.
Tras llamar por teléfono a la Guardia Civil, una patrulla del cuartel de Aldaia acudió con urgencia al lugar. «Vinieron en seguida. Estaban en Bonaire y tardaron muy poco en llegar», prosigue el fabricante de muebles. Los ladrones saltaron la valla del recinto cuando un compinche les avisó de la presencia policial, y huyeron por las calles del polígono. Los guardias civiles lograron alcanzar a uno de los individuos, y lo detuvieron y esposaron en un abrir y cerrar de ojos. «La verdad es que la Guardia Civil de Aldaia hace más de lo que puede. Siempre que les llamo vienen en seguida», dice Lucas.
Horas después, el empresario presentó la correspondiente denuncia en el cuartel donde detallaba los daños que causaron los ladrones en pocos minutos: una puerta forzada, cinco cristales rotos y una cámara de vídeo destrozada. Los otros cuatro asaltos que ha sufrido Lucas en su fábrica, desde el pasado 16 de marzo, también se saldaron con importantes desperfectos en puertas, ventanas y un transformador. Además, el empresario se vio obligado a contratar un servicio de vigilantes durante 10 días mientras reparaba los daños en el transformador que destrozaron los ladrones. «Sin luz no funcionaban las alarmas, y no podía dejar la fábrica desprotegida tantos días», asegura Lucas.
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