Ponen a la venta 15.000 entradas para una macrofiesta sin autorización
El ayuntamiento deniega el permiso al estar fuera de plazo y asegura que es Gobernación quien debe dar luz verde al evento en un solar del Grao
Los universitarios valencianos tendrán, por segundo año, su fiesta de la primavera. Será el viernes 10 de mayo en la explanada de la antigua estación del Grao, en un solar en el que habitualmente se instala la Feria de Navidad y el aparcamiento del Gran Premio de Fórmula 1. La llamada 'Live! Spring 2013' pondrá a la venta las entradas en los próximos días a pesar de no contar todavía con la autorización para su celebración.
La previsión es alcanzar la cifra de 15.000 asistentes, superando la afluencia del pasado año, cuando se juntaron 10.000 universitarios para disfrutar de una macrofiesta en la que se permite llevar a los asistentes su bebida, siempre que no sea de vidrio. «No es un macrobotellón, es una gran fiesta en la que damos respuesta a una realidad pues los jóvenes, hoy en día, se juntan para beber. Pero aquí estará todo controlado y acotado», explicó ayer Javier Montava, gerente de la empresa organizadora y especializada en este tipo de eventos, Babalú Group.
Montava confirmó que los permisos para su celebración están «en trámite» y que actualmente se está en el proceso de difusión del evento y de venta de entradas. Para esto último se habilitarán cinco puntos junto a las delegaciones de alumnos de las universidades Politécnica, de València, Católica y UCH-CEU, además de en los colegios mayores.
Fuentes municipales confirmaron ayer que el ayuntamiento no ha autorizado este evento junto al puerto por dos motivos. En primer lugar porque la petición ha llegado tarde y no está dentro de los plazos previstos para iniciar el expediente. En segundo lugar, porque existe el precedente del año pasado, cuando el permiso lo concedió la Conselleria de Gobernación. Según las mismas fuentes, deberá ser la conselleria quien dé luz verde a la celebración o no de esta macrofiesta que prevé tener una duración de diez horas (de 12.00 a 22.00 horas).
Desde la conselleria que dirige Serafín Castellano ayer no pudieron concretar el estado del expediente aunque detallaron que en algunas fiestas, como las de Nochevieja, la autorización se puede conceder uno o dos días antes de su celebración.
Mientras, desde Adif (el Ministerio de Fomento es el propietario de los terrenos), se matizó que se está a la espera «de cerrar el contrato» de alquiler del espacio. Esto se producirá cuando la empresa que requiere el arrendamiento del solar haya conseguido los permisos y licencias necesarios y los haya remitido a Adif.
El gerente de la firma organizadora insistió en que el proceso es «habitual» ya que se procede a la venta de las entradas mientras se va remitiendo la documentación necesaria a la administración encargada de dar el visto bueno. Así, Montava comentó que se preparan varios planes para poder recibir dicho certificado: de autoprotección, de seguridad y de emergencia.
Tres filtros de acceso
El responsable de la empresa, que tiene sede en Alicante, hizo hincapié en que el objetivo es que la convocatoria «sea una fiesta y no un macrobotellón. La imagen que se trasladó el año pasado fue buena por las medidas de seguridad y de limpieza que se tomaron».
En este sentido, Javier Montava detalló que se han establecido tres filtros de accceso a la macrofiesta, cuya entrada anticipada y si se es universitario costará 10 euros y dará derecho a una ración de paella y a una cerveza. Así, además de que sólo podrán acceder los mayores de edad, «habrá un control de solicitud de DNI, otro de registro de comida y bebida y otro de validación de las entradas».
Esto último se hará mediante un sistema novedoso creado por Babalú Group. Según Montava, «se trada de unas pulseras con chip asociadas a las personas que las han comprado, que nos permitirán controlar el acceso y el número de personas en el recinto en tiempo real».
Se pretende evitar un exceso de aforo (en el recuerdo permanece el caso del Madrid Arena) y las criticas vecinales del año 2010, cuando la tradicional fiesta de las paellas se las universidades se transformó en un macrobotellón de 30.000 personas durante varios días.
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