sábado, 20 de abril de 2013

Un perro devora el cadáver de su dueña en un piso de Valencia




Pequeño pero...hambriento

Un perro devora el cadáver de su dueña en un piso de Valencia


>Los bomberos hallaron el cuerpo decapitado de la mujer tras ser requeridos por el hedor que procedía del interior de la vivienda

 Una anciana de 72 años de edad, Amparo C. R., fue encontrada muerta ayer con la cabeza decapitada y devorada por su propio perro en Valencia. El macabro hallazgo tuvo lugar sobre las once de la mañana en la vivienda donde residía la víctima, concretamente en el número 10 de la avenida de la Constitución. Los vecinos llamaron a la policía tras sospechar que algo grave había sucedido en la casa. El hedor que procedía del piso era un trágico presagio de la muerte de la mujer, que padecía el síndrome de Diógenes, según informó un familiar de la anciana. Además, el perro no paraba de ladrar.

«La última vez que vi a Amparo fue hace dos semanas», explica María M., una vecina de la víctima. «El olor era muy desagradable pero como tenía la casa llena de basura tampoco le dimos mucha importancia», añade la mujer. Tras informar de sus sospechas al administrador de la finca, este avisó a la Policía Local ante la posibilidad de que la anciana hubiese fallecido.

Una patrulla del retén de Benimaclet acudió al lugar, pero no pudo acceder a la vivienda. Los agentes solicitaron entonces la colaboración de los bomberos, que entraron en la casa por una ventana y descubrieron el cadáver decapitado de Amparo. Al lado, junto a la puerta, ladraba el perro de la mujer, un cruce de pastor catalán con otra raza. El can, que tenía restos de sangre en la cabeza y su largo pelaje, no se mostró agresivo con los bomberos ni con los policías.

Tras el macabro hallazgo, la Policía Local avisó de inmediato a la Policía Nacional, que se hizo cargo de las investigaciones. Un equipo de Policía Científica y agentes del Grupo de Homicidios se desplazaron a la vivienda y realizaron una minuciosa inspección. Los policías no hallaron ningún indicio criminal en el piso, por lo que todo parece indicar que Amparo C. murió por causas naturales y luego su perro le arrancó la cabeza a mordiscos.

La escena era dantesca. El hedor obligó a los policías a utilizar mascarillas para realizar sus labores de investigación. La juez supervisó la inspección de los agentes y luego ordenó el levantamiento del cadáver. Los policías recogieron restos de sangre del pelaje del perro para confirmar posteriormente en el laboratorio que pertenecían a la víctima. Dos empleados de una perrera se hicieron cargo del animal tras las gestiones de la policía.

La familia de la anciana había intentado varias veces llevarla a un médico, pero Amparo rechazaba la ayuda de sus sobrinas. «Su comportamiento era cada vez más agresivo», explica Jesús Juan G., cuñado de la víctima. «Le propusimos que se viniera a vivir más cerca de nosotros», añade el familiar con el rostro cariacontecido.

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