EL EQUIPO ALEMÁN NO TIENE PIEDAD Y VUELVE A GOLEAR EN SU CAMINO A WEMBLEY
El Bayern tritura el mito del Barça
El Bayern cayó como una losa en el Camp Nou. Su fútbol volvió a aplastar sin piedad(0-3) a un Barcelona que necesitará de una reflexión profunda después de semejante humillación. Si Múnich fue un escarnio (4-0), la derrota en casa dejará heridas tan profundas que necesitará algo más que una cirugía estética. El asunto está en saber si Tito Vilanova es el indicado. El técnico ha salido demasiado tocado de esta eliminatoria.
En su descargo estará la ausencia de Messi -suplente por una lesión mal gestionada-, pero sus decisiones han sembrado demasiadas dudas. Veremos las consecuencias y, sobre todo, cuáles son las soluciones. Si es que sigue decidido a continuar. Esa es su idea, pero no es menos cierto que hay derrotas que son capaces de hacer cambiar la historia. Y esta ante el Bayern lo es.
La realidad, en cualquier caso, hay que aceptarla como viene y el Bayern, exultante, pleno en su juego, arrebató de cuajo el bastón de mando al Barcelona del fútbol europeo. Las tornas han cambiado y los focos miran ahora hacia Alemania. Wembleyserá la escenificación de la plenitud del fútbol germano. Bien lo saben ya Barcelona yReal Madrid, sometidos por más que los blancos se quedaran a un gol de la machada ante el Borussia Dortmund. Sólo falta por ver quién gana la partida: elzorro Jupp o el descarado Jürgen. Será digno de ver.
Sin margen a la esperanza
Múnich, en cualquier caso, no había dejado dudas, pero el Barcelona supo desde la alineación que aquello de la remontada era una milonga. Un tamtan mediático que nada tenía que ver con la realidad. Más si cabe cuando Tito Vilanova anunció una hora antes de empezar el partido que Messi se quedaba junto a él en el banquillo. Pinchado el globo, lo peor estaba aún por llegar.
El arranque del partido no fue más que la confirmación de los peores augurios. Lejos de intimidar al Bayern, el Barcelona corría a destajo para frenar las llegadas de los alemanes, que accedían a las inmediaciones de Valdés como si hubiesen estado allí toda la vida. Por momentos no se supo muy bien si era el Bayern quien de verdad necesitaba la remontada. Impresionante.
La lectura de semejante dominio fue más dolorosa aún. El Bayern representó a la perfección el libro de estilo deGuardiola, algo que parece haber olvidado definitivamente este Barça. Rapidez, juego posicional, intensidad, presión… el mismo argumentario con el que en 2009 salieron goleados (4-0) del Camp Nou por el que llamaban ‘Pep Team’. Así era el equipo de las seis copas –todas las posibles- y así es el equipo Jupp Heynckes. Tito y los suyos parecen haberlodesaprendido. Puede que la presencia de Messi hubiese ayudado, pero visto lo visto parece difícil de creer.
Lejos de pensar en la remontada, la grada esperaba al menos una victoria, algo a lo que también renunciaron cuando, repasando, cayeron en la cuenta de que en los 45 primeros minutos el equipo no fue capaz más que de tirar tres veces entre los tres palos. Todos disparos lejanos y pobres. Sólo el de Pedro desde fuera del área exigió una pequeña estirada a Neuer. Nada del otro mundo.
Atrás, por otro lado, Piqué trabajaba a destajo. Cuando no se tiraba a la caza deRobben, hacía morder el césped a Lahm o, si no, taponaba a Ribery. El central ejercía de apagafuegos. Su actuación fue sublime, a la altura de las mejores que se le recuerdan con la camiseta del Barcelona por más que terminara metiéndose un gol en propia meta (0-2) en la segunda parte.
Nada que ver con Cesc Fàbregras, el gran señalado del partido. Suplente en Múnich, el ‘4’ del Barça volvió a dejar un reguero de indolencia y fútbol anodino sobre el campo. Mal asunto cuando de él se espera que tome el testigo de futbolistas comoXavi. El runrún que empieza a existir a su alrededor no hace pensar en nada nuevo. En su mano está cambiarlo, aunque ante el Bayern pareció no estar convencido de ello.
Paso a la goleada
Entendido ya en el primer tiempo que no había nada que hacer, el Barcelona entró en el segundo acto dispuesto a, por lo menos, defender la honra. No le dieron tiempo. Antes de que diera con un buen camino para llegar a Neuer –noche plácida para el portero- Robben ya había hecho el primero. El holandés recurrió a la misma jugada que viene haciendo desde alevín: recorte hacia fuera y golpeo de zurda cerradacombando la pelota para que el portero no llegue. Valdés sólo la vio pasar.
El gol fundió definitivamente el poco fútbol del Barça. Voluntarioso y sólo agarrado a su orgullo, el equipo trató de frenar al vendaval alemán como pudo. Al menos eso intentó Piqué lanzando su pierna al aire para desviar un remate de Ribéry. La pelota, sin embargo, entró por la escuadra.
Como en Múnich –maldita ciudad ya para el barcelonismo-, Müller no faltó a su cita con el gol. Por supuesto, de cabeza. El delantero se impuso en el salto a todo y redondeó la noche más gloriosa que se le recuerda a un equipo en el Camp Nou. Para colmo de males azulgranas fue en la Champions, a los ojos del mundo entero. Un duro correctivo para un equipo glorioso que, como apuntó Piqué, ya descamisado y a pie de campo: “Necesita de decisiones importantes”. Estaremos atentos.
Ficha técnica:
0 - Barcelona: Valdés; Alves, Piqué, Bartra (Montoya, m.87), Adriano; Song, Xavi (Alexis, m.55), Iniesta (Thiago, m.66); Pedro, Cesc y Villa.
3 - Bayern Múnich: Neuer; Lahm (Rafinha, m.77), Boateng, Van Buyten, Alaba; Javi Martínez (Tymoshchuk, m.75), Schweinsteiger (Luis Gustavo, m.66); Robben, Müller, Ribéry; y Mandzukic.
Goles: 0-1, m.48: Robben. 0-2, m.72: Piqué (propia puerta). 0-3, m.76: Muller.
Árbitro: Damir Skomina (SLO). Mostró cartulina amarilla a Robben (m.32), Alves (m.45) y a Piqué (m.78).
Incidencias: Asistieron al encuentro 95.877 espectadores, correspondiente a la vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones disputada en el Camp Nou. En el palco, entre otros asistentes, se encontraban el presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, y el alcalde de la ciudad, Xavier Trias. Unos cinco mil aficionados del Bayern de Múnic
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