El secretario general de UGT Andalucía, Francisco Fernández Sevilla, ha presentado esta mañana su dimisión tras una reunión de urgencia de la comisión ejecutiva regional. Aunque esta misma semana se convocó un comité extraordinario para el próximo mes de enero, la marcha de Fernandez Sevilla parece haberse acelerado tras conocerse que la Junta de Andalucía reclamará a la formación casi dos millones de euros por facturas indebidas.
En un comunicado facilitado desde la dirección federal del sindicato, Fernández Sevilla ha explicado que su dimisión es irrevocable y con ella persigue que la organización "pueda seguir trabajando con mayor tranquilidad y clarificar el buen hacer de UGT". En el comunicado, la Comisión Ejecutiva Confederal de UGT valora el comportamiento "generoso y responsable" de Fernández Sevilla y que éste haya "antepuesto los intereses de la organización a los suyos propios". También apunta a que en breve se celebrará un consejo regional de UGT Andalucía para valorar la actuación del sindicato y asegurar su funcionamiento.
Posteriormente, Fernández Sevilla ha asegurado que se va "orgulloso" del trabajo que ha hecho la dirección que ha presidido durante los últimos nueve meses. Ha indicado que no ha recibido ninguna presión para abandonar el cargo y ha confesado que se va con la "espina clavada" de que "a pesar del esfuerzo", la dirección no haya sido capaz de defender a los trabajadores "del atropello permanente que tienen respecto a los derechos laborales y sociales".
Presión de la organización
Según adelanta hoy el diario 'El País', la Junta mantiene abiertos en total 17 expedientes para revisar de oficio ayudas concedidas a UGT-A en los últimos años sobre las que existen "sospechas de irregularidades" que suman subvenciones por un importe total de 7,5 millones de euros. Al margen de estos expedientes de revisión de oficio, la Junta estudia otras 10 subvenciones que se encuentran en diferentes fases, lo que sitúa en torno a la treintena las ayudas analizadas.
El pasado miércoles, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, subrayó que la organización debía asumir responsabilidades por los supuestos bolsos falsificados comprados en Asia para regalar a los sindicalistas, y que fueron cargados a la Junta. En el mismo sentido se pronunció el secretario de acción sindical, Toni Ferrer, quien exigió que se asumieran las responsabilidades que fuesen necesarias "de una vez".
Francisco Fernández Sevilla llevaba al frente de UGT-A desde el pasado mes de mayo, cuando sucedió a Manuel Pastrana, quien a su vez había relevado a Cándido Méndez cuando éste se hizo cargo de la dirección nacional.
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