sábado, 23 de noviembre de 2013

Silvia Abascal regresa al trabajo tras superar el ictus

DOS AÑOS DESPUÉS

Silvia Abascal regresa al trabajo tras superar el ictus

Será la imagen de Rochas para la próxima temporada. Aún habrá que esperar para volver a verla en las pantallas

Su vida dio un vuelco el 2 de abril de 2011. Aquel día, Silvia Abascal asistía a la clausura del Festival de Málaga. «De súbito, sentí un tremendo latigazo desde los oídos hasta el mismo centro de la cabeza». Estaba sufriendo una hemorragia cerebral.
Dos años después de aquel ictus, que la obligó a someterse a una complicada operación y a afrontar una costosa recuperación, la actriz regresa al trabajo, aunque no a la interpretación: ha sido fichada por Rochas como imagen para sus perfumes.
Silvia se convertirá así en 'sucesora' de Maribel Verdú, embajadora de la firma el pasado año, y sigue la estela de otras caras conocidas que dieron publicidad a la marca anteriormente, como la también actriz Juana Acosta, la modelo Fabiola Martínez y la cantante Mónica Molina. Por este trabajo podría cobrar unos 25.000 euros.
Aunque es pronto para hablar de su vuelta a las pantallas, el hecho de que haya aceptado este proyecto constituye la mejor prueba de su restablecimiento. Durante una larga temporada, Silvia Abascal ha rechazado ofertas y ha dosificado sus apariciones públicas.
Telespectadores y compañeros de profesión se emocionaron al verla de nuevo en la ceremonia de los Goya en febrero de 2012. Pero, hasta la publicación de 'Todo un viaje', el libro en el que relató su lucha contra la enfermedad, nadie supo cuánto le había costado dar ese paso.
No fue fácil renacer con 32 años, y no solo por la trabajosa terapia y la lentitud de los avances. Fueron muchas las secuelas de la intervención quirúrgica con la que se trató de eliminar la malformación vascular congénita que padecía. Visión doble, pérdida de equilibrio, acúfenos, hiperacusia... Esa extrema sensibilidad a los ruidos le obligó incluso a mudarse al campo y, por supuesto, le impidió aceptar cualquier compromiso laboral. Hasta ahora.
«Si no puedo volver a actuar, iniciaré otro camino», contestaba Silvia este verano, cuando le preguntaban por el futuro. Lo mejor es que aún tiene tiempo para pensárselo: toda una vida.

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