Expósito sale a hombros en la apertura de la Feria de Fallas
El novillero valenciano, al igual que Fernando Beltrán y Román, hace alarde de entrega ante utreros complicados
El novillero valenciano Jorge Expósito, que sorteó el mejor lote, salió a hombros al finalizar el festejo que abrió hoy la feria de Fallas de Valencia, en el que sus paisanos Fernando Beltrán y Román también hicieron alarde de entrega ante utreros complicados.
Ficha de festejos
Cuatro novillos de Daniel Ruiz, terciados los tres primeros y basto el cuarto, y dos -quinto y sexto- de Jandilla, bien presentados. En general, salvo tercero y sexto, todos tuvieron mayores o menores complicaciones derivadas de su falta de entrega y de raza.
Fernando Beltrán: media estocada delantera y tendida, y cuatro descabellos (silencio tras aviso); y estocada tendida (oreja).
Román Collado: pinchazo hondo y estocada trasera (ovación tras aviso); y estocada y tres descabellos (silencio tras aviso).
Jorge Expósito: estocada delantera (oreja tras aviso); y estocada caída (oreja tras aviso).
En cuadrillas, destacó en la brega del sexto Javier Rodríguez y hubo buenos pares de banderillas de José Manuel Montoliú y Raúl Martí.
La plaza tuvo un tercio de entrada en tarde fresca.
Realidades y esperanzas
La cantera valenciana, que está bien atendida en esta feria fallera, va año a año confirmando realidades y añadiendo nuevas esperanzas. La última se llama Jorge Expósito, y acabó de revelarse hoy en el primer festejo del abono.
Tras su sorprendente triunfo en su debut con picadores en la pasada feria de novilladas de su pueblo, Algemesí, Expósito ha ratificado seis meses después en una plaza grande las virtudes que mostró aquella tarde.
Contó esta vez para ello con el mejor lote de la novillada, un primero de Daniel Ruiz que tuvo gas y movilidad hasta el final y un noble sexto de Jandilla a los que hizo sendas faenas a más.
Con las lógicas lagunas de su inexperiencia y cierta inseguridad por falta de rodaje, el novillero valenciano se asentó más y mejor a de mitad de trasteo en adelante y destacó en especial en el toreo al natural, que, a todas luces, es su fuerte y con el que llegaron los momentos más vibrantes de su actuación.
Varias tandas de naturales y su acierto con la espada le granjearon una oreja de cada uno de los novillos de su lote y, por tanto, una salida a hombros que le debe abrir nuevas puertas.
La presidencia concedió un trofeo más a Fernando Beltrán, también valenciano de Faura y, esta vez, el novillero más veterano de la terna.
Apenas si pudo Beltrán poner voluntad con un astado flojo que no paró de defenderse a cabezazos hasta que se paró definitivamente. Y para compensar las terciadas hechuras del que abrió plaza, se enfrentó luego a un cuarto cuajado y basto que se comportó en consonancia a sus hechuras: bruto, manso y con creciente peligro.
El mérito de Beltrán fue no volver nunca la cara ante los constantes cabezazos y las violentas coladas que pegó el de Daniel Ruiz, que le acabó cogiendo sin más daños que los destrozos de la taleguilla. Firme y crecido, acabó tumbando al bruto enemigo de una estocada que redondeó su esfuerzo y le valió la merecida recompensa.
Román, que es de la capital valenciana , volvía a la plaza que le ha situado como novillero puntero del escalafón. No tuvo ahora premio tangible, pero en todo momento dejó la sensación de estar más que cuajado para su ya prevista alternativa, porque dio siempre valiente e inteligente respuesta a los problemas que le plantearon sus dos novillos.
Al terciado jabonero de Ruiz, que no hizo más que protestar y reservarse, le aguantó siempre con impavidez en embroques muy ceñidos hasta el final, cuando se adornó con unas ajustadas manoletinas de perfil que se conocen como mondeñinas.
Y lo mismo sucedió con el bonito e incierto quinto novillo de Jandilla, en una faena poco lucida pero no por ello menos valiente y entregada. Sólo los fallos con los aceros, tanto con la espada como con el descabello, le privaron a Román de tocar pelo.
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