jueves, 27 de junio de 2013

Un amigo de la joven de Picassent y su novia, detenidos por matarla y quemarla para robarle

Crimen

Un amigo de la joven de Picassent y su novia, detenidos por matarla y quemarla para robarle

Un amigo de la joven de Picassent y su novia, detenidos por matarla y quemarla para robarle
El presunto asesino sale escoltado de su casa tras el registro.
El presunto asesino sale escoltado de su casa tras el registro
Angel M.G., de 37 años, y María José S.M., de 19, engañaron a Rosana Hervás y quedaron con ellla con la excusa de devolverle 270 euros - La Guardia Civil encontró a la víctima en una fábrica abandonada de Llíria ayer de madrugada, tras arrestar a los sospechosos
Apenas seis horas después de que el grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Valencia asumiera la investigación por la desaparición de la joven de Picassent Rosana Hervás Albert, de 32 años, los presuntos autores ya estaban detenidos. Se trata de un amigo de la víctima, Ángel M.G., de 37 años y con antecedentes por delitos contra la libertad sexual de menores, entre otros, y su novia de 19 años, María José S.M. Fue ésta quien, ayer de madrugada, decidió confesar y revelar dónde habían matado y quemado presuntamente a Rosana: una antigua fábrica de aceitunas a las afueras de Llíria, abandonada hace años. El móvil parece ser únicamente el robo: el bolso de la víctima no ha aparecido, y su dinero tampoco.
Un amigo de la joven de Picassent y su novia, detenidos por matarla y quemarla para robarle Rosana Hervás, tal como informó ayer Levante-EMV, salió de casa a las 21.10 horas del domingo. Dijo a su familia que había quedado para cenar, pero no detalló con quién, aunque una amiga suya aclararía más tarde a sus padres que la cita era «con un conocido». A las 22.00 horas, el padre recibió en su móvil una llamada realizada desde el de Rosana. Escuchó ruidos y una voz masculina que repitió dos veces con tono autoritario: «¡Dame el bolso!». El padre se asustó y llamó varias veces, pero ya no obtuvo respuesta. Una hora más tarde, el hombre recibió un mensaje de texto, en castellano „Rosana utilizaba siempre el valenciano„ que anunciaba que no regresaría a dormir porque estaba con una amiga. Los padres supieron que algo «malo» le había sucedido a su hija. Y no les faltaba razón.
La denuncia interpuesta al día siguiente en el cuartel de Picassent desencadenó las primeras indagaciones. A cada nuevo dato, el presagio era más negro. El coche de Rosana, un Peugeot 206 cabrio de color negro, fue encontrado aparcado junto a un centro comercial de Alfafar a las dos de la tarde del martes. La ausencia del radiocedé parecía confirmar el robo. La alerta policial que ya pesaba sobre el caso subió de grado y la investigación pasó a manos del grupo de Homicidios.
Fueron los padres y alguna amiga de Rosana los primeros en dar la pista fiable: un conocido al que le había prestado 270 euros tiempo atrás y que no le había devuelto. Ése era el amigo con el que se había citado en la noche de San Juan. Y era también quien había acudido a casa de los padres el lunes para saber cómo iban las pesquisas sobre su desaparición. Además, tenía antecedentes por delitos sexuales con menores, por delitos contra el patrimonio y por maltrato. Demasiadas coincidencias.
Los agentes de Homicidios priorizaron la declaración de ese hombre y de su novia, que fueron citados en la Comandancia de Valencia. Ya no volvieron a salir. Pasadas las once de la noche eran detenidos. María José accedió a declarar en ese momento, así que la Guardia Civil llamó a un abogado.
Según ha podido saber este diario, facilitó suficientes datos como para saber que decía la verdad. Así, detalló que habían utilizado una catana que llevaban en el coche para atemorizar a la víctima, quien trató de resistirse al robo. Aseveró que incluso le realizaron algún corte intimidatorio y relató cómo esa misma noche, la del domingo, la llevaron a la antigua fábrica de Aceitunas Bernabeu, en el camino de les Travesses, a la salida de Llíria hacia Pedralba. Recorrieron 300 metros por ese camino y luego entraron a un vial de tierra que divide un campo de naranjas del recinto fabril. Allí, presuntamente, la obligaron a bajar del coche y, en la oscuridad de la noche, la mataron al pie de un algarrobo. Después, la introdujeron entre las paredes de lo que fue una de las naves de la fábrica, la rociaron con abundante líquido acelerante „posiblemente gasolina„ y le prendieron fuego. Más tarde, se fueron y se deshicieron al parecer de parte de los efectos de la víctima y de los instrumentos empleados.
Los detalles facilitados en esa declaración permitieron a los investigadores encontrar, al f ilo de las dos de la madrugada de ayer, los restos completamente calcinados de la víctima sobre la improvisada hoguera ya extinguida. El complicado levantamiento del cadáver se prolongó hasta las cuatro y la inspección ocular de la escena se retomó por la mañana, ya con luz solar, hasta que se dio por concluida a las 11.30 horas.
Para entonces ni siquiera había concluido la autopsia, muy complicada porque la elevada temperatura propiciada por la gasolina provocó la destrucción casi completa del cadáver, hasta el punto de que buena parte del esqueleto llegó a fragmentarse, lo que extendió el bulo de que la víctima había sido descuartizada, circunstancia desmentida por todas las fuentes consultadas. La afectación del fuego ha sido tal, que los forenses no han podido determinar aún cómo fue asesinada, ya que en las partes menos dañadas no hay señales de golpes ni de armas blancas o de fuego.
Los médicos sí han determinado que ya había fallecido cuando fue quemada „no había humo en los pulmones„ y han tomado muestras para tratar de averiguar cómo se produjo la muerte.
Los detenidos fueron llevados ayer por la mañana a su domicilio, en el número 2 de la calle Capitán Uribarry de Burjassot, que fue registrado en presencia de la comisión judicial, de los investigadores y de un letrado Los agentes intervinieron en el piso documentos personales de la víctima que llevaba en su cartera, así como otros efectos que completan la incriminación.

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