30 euros al día por salir en 'Torrente'
3.596 personas acudieron al casting de la última película de Segura, entre ellas una anciana de 85 años en silla de ruedas. La crisis dispara la cifra de figurantes
En quince años han caído tres gobiernos, ha estado a punto de irse a pique un continente entero y el estado de bienestar ha quedado tocado del ala. Las galas de TVE han pasado de moda, las viviendas cuestan la mitad, no hay crédito ni para heredar y todos coinciden en que las reglas del juego ya no son las mismas. El mundo ha cambiado notablemente en España, pero José Luis Torrente sigue haciendo caja en las pantallas. Ahora, el denostado y rentable antihéroe de Santiago Segura vuelve a la carga en su quinta edición y 3.596 personas han esperado horas de cola para formar parte del elenco de figurantes. Dos conclusiones: el grasiento Torrente sigue siendo igual de popular y los españoles, cada vez más pobres.
Iván Armesto, ex Gran Hermano y director del casting en la empresa ASG, que organizaba la selección, no daba crédito. «Hemos tenido pruebas con mucha gente, pero ésta nos ha sorprendido. Ha sido una burrada». Él y sus compañeros han fichado a más de 1.500 personas cada día (martes y miércoles), cosa que no les había sucedido nunca. Llegaron de todas las maneras posibles, uno incluso montado a caballo. Había niños (las pruebas esta vez eran solo para mayores de 16), gentes de mediana edad y hasta una anciana de 85 años en silla de ruedas que no pudieron contratar. En el fragor de la batalla, Armesto dejó de contar los personajes que venían disfrazados de Torrente. «Llegaban familias enteras», recuerda.
El 'dorado' que buscaban era una foto, una pequeña entrevista a lo sumo y un cuestionario en el que se les preguntaba, entre otras cosas, si estaban dispuestos a un desnudo integral y a enseñar los pechos. Buscaban a 2.500 figurantes que calculan se necesitarán para la última superproducción de Santiago Segura. La última película, 'Torrente 4' se estrenó en 2011, manejó un presupuesto de diez millones de euros y recaudó 20.
El sueldo varía con el papel que haga cada cual en la película. El mínimo establecido por convenio son algo más de 30 euros por día. Es lo que se gana por hacer bulto. Si hay que soltar una frase, servir una mesa, hacer algo que requiera una destreza especial, la nómina sube. El máximo llega a unos 600 euros diarios que cobraría, por ejemplo, una actriz que tuviera que hacer de 'stripper' en un club de alterne.
Las jornadas de rodaje, en esta y en las demás películas, son eternas, y el número de días de trabajo depende del papel asignado a cada uno. «Si te toca ser cliente de un bar y se rueda en ese bar un día, trabajas un día. Si se rueda allí diez días, pues trabajas diez», explica Armesto. Todos los figurantes son dados de alta en la Seguridad Social aunque trabajen apenas unas horas. Del papeleo y de las gestiones se encarga la propia productora.
Entre esas masas de gentes que han optado a salir en 'Torrente' hay fans de la serie y gentes con tiempo libre, pero sobre todo cientos y cientos de parados. «Están viendo en la figuración una oportunidad más de salir adelante», admite Armesto. En las filas hay cada vez menos amantes de la saga o gente que hace la prueba para conocer por dentro un rodaje, y cada vez más personas que lo hacen por necesidad. Maestros, abogados, periodistas, jardineros, camareros. lo que sea. Hay también actores profesionales en busca de algo que hacer ante el parón en el mundo del cine y la televisión.
En 400 producciones
Jordi Jardi era un comercial inmobiliario que se quedó en paro hace diez años y probó suerte como extra de películas. Ha estado en 400 producciones de todo tipo, la mayor parte para cine y publicidad. Es directivo de la Asociación Española de Figurantes que aglutina a unos 200 socios. Son cada vez más. «El paro y la crisis han hecho que desde 2008 los aspirantes se hayan multiplicado por tres».
Cualquier dinero es mejor que nada, pero otra cosa sería pensar que hay una salida profesional estable detrás de la figuración. «Al final de mes te puedes llevar 200 o 300 euros», admite Jardi. «Las oportunidades son muy pocas, nos pagan 30 euros al día por sesiones de hasta 15 horas y el tratamiento no es excesivamente bueno. Somos lo último en la escala de actores. Queremos comer lo mismo que comen los demás del equipo, y no un bocadillo pasado y una botella de agua caliente en pleno verano», denuncia. Desde hace tres años no participa en rodajes. Lo atribuye a un «castigo» por sus reivindicaciones.
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