El Gobierno deja a estudiantes de Erasmus sin beca cuando ya estaban en el extranjero

La nueva medida del Ministerio de Educación afecta a la mayoría de los 3.700 valencianos que se han acogido este año al programa europeo 

«Al principio pensábamos que nos estaban tomando el pelo porque no lo habían hecho oficial», reconoce Luis Soler, un estudiante de ADE de los muchos que se han visto afectados por la decisión del Ministerio de Educación de suprimir la ayuda económica por participar en el programa Erasmus a todos aquellos que no recibieron una beca estatal el curso pasado.

Son unos 3.700 universitarios valencianos los que están repartidos por todo el continente europeo sin saber qué van a hacer a partir de ahora. «Es un dinero con el que contabamos de cara a plantificar la estancia» en el extranjero, indica Rubén Malonda desde Nantes (Francia). Todos siguen sorprendidos por la decisión, puesto que en la reunión preparatoria «nos informaron de que recibiríamos la ayuda», añade.

Concretamente, tenían previsto abonarles «cuarenta euros a todo el mundo y otros cuarenta a los que el año pasado recibieron una beca del ministerio. Nos sentimos traicionados porque nos han dicho con alevosía y nocturnidad que nos quedamos sin la ayuda», considera Malonda, quien, pese a todo, no tiene la intención de volver a España. «Nos buscaremos la vida aquí como sea y pasaremos con la beca Erasmus definitiva, que son nuestros padres y nuestros abuelos».

Hasta este curso, Educación becaba a todos los que decidían estudiar en el extranjero con hasta 150 euros -según los aspirantes y el presupuesto-, a los que se añadían otros tantos si habían recibido una subvención el ejercicio anterior. El Gobierno ha recortado el presupuesto de 36,8 millones a 15,2, lo que explica la situación. La justificación que dio ayer el ministerio es que, con este nuevo formato, se busca garantizar «la igualdad de oportunidades», ya que recibirán las ayudas «los que realmente las necesitan». Además, se destacó «el significativo número de renuncias en los dos últimos años».

Los estudiantes que actualmente se encuentran de Erasmus no están de acuerdo con dicha afirmación. Eugenia Miralles explica (también desde Francia) que los que van mal de dinero y sus familias no los pueden ayudar «directamente ni piden la beca porque lo han puesto muy complicado». Los alumnos que participan en el programa reciben una aportación de la Unión Europea de unos 100 euros al mes, a la que se suman las procedentes de las propias universidades o de otras instituciones autonómicas, por no hablar de becas de entidades privadas o corporaciones municipales, aunque en la mayoría de los casos dependen de criterios académicos. En cambio, la subvención ministerial de hasta 150 euros como máximo -la que se elimina- era universal.

Las reacciones no se hicieron esperar y llegaron desde todos los frentes. Desde asociaciones estudiantiles como Campus Jove, que hablaba de una «traición» del ministro Wert a los erasmus, hasta los rectores, que mostraron su sorpresa al desconocer la intención del Ejecutivo estatal. Esteban Morcillo, máximo responsable académico de la Universitat de València, destacó que el cambio puede provocar que algunos alumnos decidan suspender su estancia europea, una situación que será «muy difícil» de gestionar por las instituciones. Junto con el resto de rectores destacó que será complicado que las universidades puedan cubrir con fondos propios la aportación estatal eliminada, que puede rondar el millón de euros sólo en el caso valenciano.

A su juicio, el cambio debería haberse notificado con un curso de antelación para que los jóvenes se pudieran planificar y sentenció que la mayoría de los alumnos resultarán afectados al ser pocos los beneficiarios de la beca estatal. Vicente Climent, de la UJI, criticó que fuera una decisión «unilateral» que no fue presentadas a las universidades, mientras que Francisco Mora (UPV) dijo que no se pueden «cambiar las reglas del juego a mitad del partido».