Premio Príncipe de Asturias
La heroína camboyana se inventó hasta su propia vida
Un periodista viaja a la aldea para desenmascarar a la Príncipe de Asturias
EL ABUELO: Nadie recuerda a la persona que vendió la virginidad de Somaly Mam
ESTUDIOS: Acabó el graduado. Ella cuenta que no pudo estudiar al estar esclavizada
PROSTITUCIÓN: Según su ex marido, la conoció cuando ejercía la prostitución libremente
En sus memorias El silencio de la inocencia (2005), Somaly Mam cuenta la devastadora historia de cómo nació en los años 70 en un punto remoto de la provincia de Mondolkiri, al noreste de Camboya, y luego fue vendida al dueño de un burdel en Phonm Penh cuando era menor de edad. El libro describe cómo a la edad de «nueve o diez años» la entregaron a un hombre a quien sólo conocía bajo el nombre de Abuelo.
Aquel hombre luego vendería su virginidad a un mercader chino a quien le debía dinero. Posteriormente, la entregó a una mujer llamada Aunt Nop, en algún momento posterior a su decimoquinto cumpleaños. Según Mam, nunca acabó el colegio y tuvo que soportar años atrapada dentro de un burdel, donde la forzaron a tener relaciones sexuales con clientes, maquillada con una gruesa capa de polvorete blanco. «Como geishas», recuerda el libro.
Las memorias de Mam la han llevado a convertirse en una de las principales activistas en la lucha para erradicar el tráfico sexual y la explotación de jóvenes mujeres en el mundo. Desde la publicación de su libro, la revista Time la ha nombrado una de las 100 personas más influyentes del mundo. Ha aparecido en los programas de Oprah Winfrey y Tyra Banks en Estados Unidos y tiene más de 400.000 seguidores en la red social Twitter.
También ha forjado estrechos lazos con la reina Sofía de España, que a principios de este año la visitó en el hospital, y con la actriz Susan Sarandon. Ambas se han convertido en leales defensoras de su trabajo como presidenta de la organización camboyana Acción por las Mujeres en Situación Precaria (Afesip) y líder de la Fundación Somaly Mam (SMF) en Nueva York, que recolecta millones de dólares en donaciones cada año.
Todo han sido elogios hacia el viaje de Mam de la esclavitud al estrellato filantrópico. Sin embargo, los vecinos de Thlok Chhrov -el pueblo polvoriento, repleto de plantaciones de arroz a las orillas del río Mekong donde Mam vivió su infancia- cuentan una historia muy distinta a la que se describe en las memorias de la activista.
En entrevistas realizadas en los dos últimos años, a lo largo de una investigación en profundidad sobre las actividades de Somaly Mam, funcionarios locales, profesores y ex compañeros de clase que siguen viviendo en el pueblo han ofrecido detalles que siembran más que dudas sobre la veracidad de la historia contenida en su libro. Su propia historia.
Sam Nareth, de 48 años, que ha vivido en el pueblo de Thlok Chhrov desde la caída de los Jemeres Rojos (1979), dice que vio cómo Somaly llegó al pueblo en 1981 junto a Mam Khon y Pen Navy, las dos personas a las que describe en su libro como sus padres adoptivos. En las memorias, Mam explica que los conoció en Thlok Chhrov después de que el Abuelo la llevara allí y la pusiera a trabajar como esclava doméstica.
Nareth asegura que nunca vio a Somaly viviendo con una figura como el Abuelo en el pueblo. También asegura que Somaly y su familia llegaron a Thlok Chhrov desde otro pueblo llamado Thnort, ubicado en la otra orilla del río. «Mam Khon y su esposa Pen Navy, junto a sus hijos, incluida Somaly, llegaron a la comuna de Khchao en 1981 y Mam Khon dio clases aquí», dijo Nareth desde su espaciosa casa de madera, cercana al lugar donde, según ella, Somaly vivía con su familia en sus años de infancia.
Acabó el instituto
Además, Nareth recuerda que Mam empezó a ir al colegio en el pueblo en 1981 y permaneció allí hasta 1987, cuando obtuvo su diploma del instituto. «Ella acabó la escuela secundaria en 1987», dice Nareth. «Somaly y yo fuimos juntas para hacer el examen de formación de profesorado juntas en Kompong Cham. Estábamos en clases distintas, pero en septiembre de 1987 fuimos juntas a realizar este examen».
En sus memorias, Mam dice que tuvo que dejar la escuela antes de tiempo por culpa de un matrimonio forzoso que el Abuelo organizó para ella a los 14 años. Una afirmación que se contradice con el testimonio de Sam Nareth.
Y no sólo el suyo. Thou Soy, de 68 años, que entre 1981 y 2005 fue el director de la escuela segundaria Khchao en la aldea de Thlok Chhrov, también asegura que presenció cómo Mam acudió a clases entre 1981 y 1987. Lo mismo sostienen el jefe de la comuna, Thorng Ruon, y sus dos predecesores. «Sé que Somaly terminó la escuela secundaria y obtuvo su diploma en el año escolar 1986-1987», dice Thoy Soy.
Soy también explicó que Mam Khon había abandonado la provincia de Kompong Cham, al este de Camboya, a mediados de los 60. Tras finalizar su formación como profesor, dio clases en el noreste del país bajo una iniciativa introducida por el antiguo rey, Norodom Sihanouk, para enviar a especialistas en enseñanza a partes remotas del país. «Khon me dijo que vino desde la provincia de Mondolkiri después del final del Jemer Rojo», asegura Thou Soy en su pequeña casa de Kompong Cham, refiriéndose a la misma provincia en la que Somaly Mam asegura que nació como una niña semisalvaje, abandonada por sus padres.
Los vecinos dicen que tuvo problemas con sus padres adoptivos y se fugó
Chea Moeun, que fue jefa de la comuna de Khchao entre 1985 y 1990, también dice que vio a Somaly Mam llegar a la zona de niña junto a su familia. «Sé que la mujer de Mam Khon y sus hijos vinieron a vivir aquí desde la comuna de Russei Srok», dijo, en referencia a una comuna cercana de la misma provincia. «Creo que Somaly es la verdadera hija de Mam Khon, igual que todos los vecinos sabían que era su hija», continuó.
Los vecinos de Thlok Chhrov dicen que la relación de Somaly con Mam Khon y su esposa Pen Navy se deterioró cuando la chica se fue de casa. Dicen que Somaly tuvo peleas con sus padres adoptivos. Estos dijeron a los vecinos después de 1987 que Mam había abandonado el hogar familiar.
«Cuando Mam se presentó a su examen de profesora, parece que se estaba comportando mal y que los padres se habían enfadado y le echaban la culpa», dice Nareth, la vecina que asegura que acudió al examen con ella en septiembre de 1987. «Entonces, huyó de casa. En esa época, los padres anunciaron que habían cortado todos los lazos con ella».
Moeun, el antiguo jefe de la comuna de Kchao, también corroboró que había oído que Somaly Mam huyó de casa. «Créeme, esa hija no respetaba a sus padres», aseguró. «Los padres le echaron la culpa, ella se enfadó y se marchó de casa».
Somaly Mam niega que ningún detalle de sus memorias haya sido inventado. «Mantengo enfáticamente la historia de mi vida que conté en mi libro, que cuenta mis memorias de una infancia increíblemente aislada y atemorizante», dijo Mam en un email, después de que le contáramos lo que los vecinos de su aldea decían sobre su infancia. «Como superviviente de violaciones y trata de blancas a una edad muy joven, me resulta muy doloroso hablar de mi traumático pasado y me apena que alguien ponga en duda mis experiencias personales de hace tanto tiempo».
En otro comunicado, la Fundación Somaly Mam (SMF) dijo que sus memorias han jugado un papel crucial a la hora de dar a Mam la plataforma que necesitaba para defender los derechos de las mujeres en la escena global: «La historia de Somaly Mam, contada en El silencio de la inocencia, expuso a cientos de miles de personas a las atrocidades de la industria del tráfico de mujeres en Camboya», aseguró SMF. «El éxito del libro la convirtió en una de las principales activistas de la causa, por la que ha luchado con coraje y pasión durante 20 años. Somos ávidos defensores de Somaly y su trabajo. Nuestro foco no es su vida como niña, sino las vidas de las jóvenes que ella y su equipo en Camboya salvaron ayer, hoy y salvarán mañana».
Pero no todas las jóvenes a las que Somaly asegura que ha salvado han dicho toda la verdad sobre sus vidas mientras promocionaban el trabajo de la fundación de Somaly
Meas Ratha, de 32 años, reveló el mes pasado que, de adolescente, fue elegida por Somaly Mam para aparecer en un programa de la televisión France 2 en 1998, tras participar en ensayos con otras chicas, para asegurar falsamente que la vendieron al dueño de un burdel en Phnom Pehn. Aquel documental propulsó a Somaly a la fama y la ayudó a cimentar el reconocimiento que la llevó a ganar el Príncipe de Asturias a la Cooperación en junio de 1998, bajo la mirada de la reina Sofía.
Somaly Mam debe gran parte de su fama a las estremecedoras historias de niñas como Ratha, que han transmitido sus brutales testimonios de esclavitud sexual a las audiencias para obtener fama y dinero para la Fundación. Pero la historia de Ratha es sólo el último incidente de falsos testimonios surgidos de las organizaciones de Somaly Mam.
El año pasado, Mam admitió finalmente, tras ser sometida a un intenso escrutinio público, que había contado mentiras en un discurso en la Asamblea de Naciones Unidas en Nueva York. En él aseguró que ocho niñas que había rescatado de la industria del sexo fueron asesinadas por el ejército camboyano tras asaltar uno de los refugios de su organización. En realidad, la masacre nunca tuvo lugar.
Mintió sobre su hija
La cúpula de la Policía y el ex marido de Somaly Mam también desmintieron el año pasado el testimonio de que su hija fue secuestrada por traficantes de mujeres en 2006, cuando tenía 14 años. Somaly aseguró que los traficantes habían grabado a su hija mientras era violada en grupo como represalia por su trabajo con las víctimas de la industria sexual. La Policía dijo que estaban sorprendidos por estas acusaciones, mientras que la ex pareja de Mam denunció que la historia era un montaje publicitario para recaudar fondos para su organización.
Otra investigación, realizada por mi periódico, The Cambodia Daily, también destapó que Long Pros, otra de las víctimas más famosas de la fundación de Somaly Mam, también se había inventado su escalofriante historia sobre su mutilación a manos del dueño de un burdel. En numerosas entrevistas y en un documental en prime time en la cadena PBS de Estados Unidos, Pros dijo que la habían encarcelado de adolescente en un burdel de Phnom Pehn, donde la retuvieron como una esclava sexual y le arrancaron un ojo con un cuchillo por negarse a tener relaciones sexuales con los clientes.
Sin embargo, los informes médicos, además de entrevistas con los padres de Pros y con su cirujano ocular, demostraron que en realidad le extirparon el ojo en un hospital por culpa de un tumor que desarrolló en su infancia, tal y como publicó este suplemento el domingo pasado. Los padres de Pros dijeron que la mandaron directamente de su hogar a la organización de Somaly Man en Phnom Pehn para que recibiera una buena educación, sin que pasara ningún tiempo en un burdel.
El silencio de la inocencia se publicó por primera vez en francés, en 2005. Lo escribió Serge Thion, un sociólogo francés que había sido sancionado en 2000 por sus actividades revisionistas y por negar el holocausto. Preguntado por email sobre la veracidad de la biografía de Mam, responde que no tenía ningún motivo para ponerla en duda. «Lo que es cierto es que es mi amiga desde hace mucho tiempo, unos 20 años, calculo», asegura.
«Al leer la versión francesa de su biografía, no encontré anomalías», añade Thion. «Leyendo la versión americana, encontré distorsiones profundas porque la historia está envuelta en un punto de vista racista y escrita con un lenguaje que resulta poco familiar en Camboya. Ahora, su imagen pública está prefabricada por profesionales de Estados Unidos. Creo que es una mala decisión... Pero puedo decir que cada detalle [del libro] me lo contó Somaly. Y no tengo ningún motivo para dudar de ellos».
La versión inglesa del texto se publicó en 2007, tras ser traducida del francés por la escritora Lisa Appignanesi. «Todo lo que sé sobre Somaly Mam estaba incluido en el libro Le Silence de l'innocence, que traduje del francés», replica a las palabras de Thion. «No hice ninguna investigación adicional ni añadí nada. He traducido muchos otros libros del francés, así que lo que puedo decir es que si hay "distorsiones profundas", ya estaban en el original».
La idea de un libro sobre la vida de Mam vino de su marido Pierre Legros, que se separó de ella en 2004 y formó parte del equipo original que montó la ONG Afesip en 1996. En una entrevista, Legros dijo que que tuvo la idea en 2001, cuando Afesip empezaba a generar más atención pública.
«Hablé con Serge [Thion] y dijimos: vale, colocaremos a Somaly en el contexto geopolítico de la guerra de Vietnam», explica. «Lo entendió muy bien. Ella nació en 1970, en el periodo del presidente Lon Nol, cuando Camboya empezó su descenso a los infiernos y ya habían ocurrido la guerra de Vietnam y la invasión americana. Somaly vivió el periodo de los Jemeres Rojos y la invasión de Vietnam. Todas estas historias la afectaron a ella».
Repreguntado sobre su papel en el argumento del libro, Legros asegura: «Por supuesto que jugué un papel. Pero es cuestión de la gente si me creen a mí o no. Nunca habría publicado un libro así. Nunca habría escrito un libro para hacer marketing. Tenía una visión política. Como marido de Somaly, no me interesaba hacer marketing. Quería apostar en el largo plazo y en la política, con una explicación sobre el tráfico de mujeres en el sureste asiático».
Voluntaria en el burdel
Pierre Legros conoció a Somaly Mam en 1991 en unas condiciones que desmentirían su historia de tráfico sexual. No fue en un prostíbulo marginal, sino en un bar de clientela media abierto al público que operaba de forma legal, cercano al lujoso hotel Le Royal en Phnom Penh. Según su ex marido, no estaba allí obligada, sino trabajando como prostituta con su consentimiento.
«Tenía 18 o 19 años y nadie la estaba forzando a estar allí», recuerda Legros a Crónica. «Nos enamoramos y empezamos a salir. Después me la llevé a vivir a Francia conmigo». [Los dos volvieron a Camboya en 1994].
El cooperante francés, con más de dos décadas de experiencia en el tráfico sexual, asegura que no posee detalles sobre la vida de Somaly antes de conocerla. Sin embargo, dice que su historia de esclavitud no se corresponde con el perfil de la heroína camboyana. «Hay contradicciones y exageraciones», dice de su ex mujer. «Hay dudas sobre que venga del lugar que dice y que no tenga familia».
Sea cual sea la verdad, la historia que Somaly Mam difunde en público dista de ser clara. Al tomar el podio en la Casa Blanca en febrero del año pasado, Mam se lanzó directa a relatar la historia que ha contado tantas veces en la última década.
«Ya sabéis que tras mi infancia me vendieron a un burdel cuando tenía nueve o 10 años», dijo a una audiencia de alto nivel, que incluía estrechos colaboradores de Barack Obama, incluido Rajiv Shah, administrador de la Agencia de Desarrollo Internacional de Estados Unidos. «Después de que me vendieran a un burdel cuando tenía nueve o 10 años, estuve más de 10 años allí. Escapé en 1990 y entonces fui capaz de encontrar los cimientos para ayudar a las niñas y las víctimas sobre el terreno».
En 2008, Mam apareció en el programa de Tyra Banks en EEUU junto a Susan Sarandon. En una entrevista con Banks, ella dio una historia muy distinta sobre la edad en la que la vendieron a un prostíbulo.
-¿Cuántos años crees que tenías cuando te vendieron a un burdel-, le preguntó Banks.
-Trece o catorce-, respondió Somaly Mam.
Con información de David Jiménez
Se quedará con el Príncipe de Asturias
- Tras las dos entregas de «Crónica» sobre las mentiras de Somaly, este suplemento ha preguntado a la Fundación Príncipe de Asturias sí se plantea quitarle el premio a la Cooperación Internacional que le concedió en 1998. Aunque no hubo respuesta oficial, sí que se remitieron a los «principios generales» del galardón, que dejan claro que Mam se quedará con el premio y con su dotación económica: cinco millones de pesetas a repartir entre los siete galardo-nados aquel año (714.285 pesetas). «Las decisiones de cada jurado se producen a la vista de la información de la que disponen, cada año y en relación con cada candidato, a la hora de emitir su opinión», reza el reglamento. «Es imposible que el jurado se pronuncie sobre hechos que son sobrevenidos o, cuando menos, desconocidos en el momento de emitir su opinión». No es la única vez que recibió dinero proveniente de España: la ONG Anesvad le dio cerca de un millón de euros entre 2001 y 2006, mientras que la Agencia Española de Cooperación Internacional aportó 1,8 millones entre 2003 y 2008.
No hay comentarios:
Publicar un comentario