La aljamía valenciana. Testimonios sobre el uso del romance (VI)
Por Agustí Galbis
En esta parte del artículo, comentaremos la traducción de los Fueros al romance valenciano, y hablaremos un poco de san Pedro Pascual y Arnau de Vilanova, que hicieron traducciones árabe/romance. Conoceremos a judíos y musulmanes valencianos que también tradujeron del árabe al romance.
En el año 1261, Guillem, Vidal y su compañero Bernat “Guillelmus et Vitalis, illorum Bernardusque sodalis”, probablemente monjes del monasterio valenciano de Benifassà, tradujeron los Fueros del latín al romance valenciano, que era la lengua del pueblo llano valenciano “translataverunt hos Foros et erdigerunt / in lingua planam legaliter atque romanam”. Como eran valencianos que escribían para valencianos, usaron arabismos valencianos com “cequia”, “terquim”, “albello”, “alquitra”, “alquena”, “almut”, “fanechades”, “kafiç”, “arrova”… palabras com “regalicia”, “colomer”, “sagi”, “canters”…y a veces aclaraban a los forasteros “mozarabismos” del romance valenciano como “guix o algepç” o “foyes o ciges”… Recordamos que Elías de Tejada escribió que “resulta aceptable la tesis de Honorio García de que en la redacción (de los Fueros) se escuchó la voz de mozárabes de los territorios conquistados” (p. 20 tom. III de “Historia del pensamiento político catalán”). Seguramente, la colaboración de los valencianos fue muy activa, hasta al punto de ser los autores de la traducción al romance.
En relación a san Pedro Pascual (c.1227-1300), de quien se dice que nació de padres cristianos que vivían en la ciudad de Valencia anteriormente a la conquista de Jaime I, no ha de cabernos duda, de que debía de saber árabe y romance. El profesor R.H. Shamsuddín Elía, dice de él que “poseía un vastísimo conocimiento del Islam y argumentaba sus historias citando con precisión el Corán y los Ahadith o tradiciones del Santo Profeta”. Afirma que es el “primer arabista español en destacar la figura de Ali Ibn Abi Talib”. (“Historiografía occidental sobre Ali ibn Abi Talib”). En la “Impuñaçion de la secta de Mahomah” escrita por “don Pedro Obispo de Jaén yaziendo preso en la çibdat de Granadas”, se menciona el mi‘raj o ascensión de Mahoma a los cielos hablando del “el libro que fabla de cómo Mahomah subió, así como dice fasta el cielo, do está Dios… e vio el paraíso, e el infierno, e a los ángeles, e a los diablos, e las penas del infierno, e los deleites del paraíso” (“Dante y el islam” de Roberto Marín Guzmán). Una de las obras que escribió en valenciano fue la conocida como la “Biblia parva”, en la que se presenta como “religios e bisbe per la gracia de Deu de la ciutat de Jahen de Castella”. Aunque los manuscritos más antiguos que se conservan son del s. XV, un análisis del lenguaje evidencia que son copias de un original anterior, hallándose arcaísmos como “alscuns” (alguns), “hoc” (si), “Deus” (Deu), “lig” (llei), “flum” (riu), “laguiar” (tardar), “glay” (espasa), “sinestra” (esquerra), “aer” (aire)…y palabras com “lombres”, “parhom”, “sutzaim” o “exequar”, del latín “ex-aequare” (“Biblia Parva” de Joan Costa). Sacaremos tiempo para hacer un artículo exclusivo dedicado a san Pedro Pascual, que también ha sido objeto de ataque por parte de algunos catalanes y catalanistas.
Pasando al valenciano Arnau de Vilanova (c.1240-1311), de él se conservan distintos textos en romance valenciano y también traducciones del árabe al latín. La primera de ellas fue el “Kitab al-adwiya al-mufrada” del valenciano de Denia Abu-l-Salt Umaiya ibn Abd al-Aziz (1067/68-1134), que tradujo como “Translatio libri Albuzale De medicinis simplicibus”. También tradujo el “Ahkam al-adwiya al-qalbiyya” del persa Ibn Sina o Avicena (c. 980 – 1037) con el nombre de “De viribus cordis et medicinis cordialibus”, así como un escrito en árabe de Galieno que tituló “De rigore et tremore et iectigatione et spasmo”. En su inventario constan distintas “liber in arabico”, “unum volumen in arabico”, “due carte cum figuris arabicis”, y una “sinonima in arábico”. Muchos han querido apropiarse de Arnau de Vilanova, no habiendo duda sobre su valencianidad. Eximenis lo sabía y escribió que “Sapies que de Vilanova, qui es vila en lo Regne de Valencia, fon natural un gran e assenyalat qui s’apellava Mestre Arnau de Vilanova…”. Ramon Conesa, albacea de Arnau, en la protesta que hizo el 26 de noviembre de 1316 contra la publicación de la sentencia de Tarragona que declaraba anticanónicas las obras de Arnau de Vilanova, dice de él que era pariente de Bernat Oliver “Bernardo Oliverii, dicti magistri Arnaldi consanguineo”, y por la Crónica del rey Pedro sabemos que “Frare Bernat Oliver, del orde dels Agustins… era hun dels millors mestres en theologia qui lavors fos en lo mon, e natural de la ciutat de Valencia…”. Consta carta del papa Clemente V del año 1311 que habla de “Magister Arnaldus de Villanova Clericus Valentinae Dioecesis Physicus noster”. En su obra “De reprobacione nigromantice ficcionis” o “De improbatione maleficiorum”, escrita en la ciudad de Valencia entre 1276 y 1288, dedicada al obispo valenciano o “Epistola Magistri arnaldi de Villanova ad valentinum episcopum”, que era “domino suo Iasperto” o Jaspert de Botonac, se define como “presuli Valentino, magister Arnaldus de Villanova”. Dice que “in lingua Arabum legisse recolimus totam nigromantiae fatuitatis doctrinam…”. Podria haber sido descendiente de cristianos o judíos valencianos prejaiminos y haber nacido en la “Villanova” documentada desde época del Cid, nombrada en el repartimiento “R. de Bolas ortum in Villanova”, y que es el “Villanova vicus” de que hablaba Joan de Ribera donde viven musulmanes “infidelis Mahometani”, algunos de antiguo origen cristiano “qui veteri sua origine christiani sunt” y cristianos tributarios “eorum qui Cristi fidem sunt super conveni incolitur”.
En el año 1278, el rey Pedro nombró escribano de árabe al judío valenciano Samuel Abenmenasse o b. Manasse, hijo de “Abrahim Bonnemaiz” o “Abraffim Abnnaxim”, diciendo que “… damus et concedimus vobis, fideli nostro Samueli, filio Abrahim Bonnemaiz, in vita vestra, alfaquimatum nostrum et scribaniam nostram de arabico…”. En el año 1290, el rey Alfonso se lo encomendaba a un pariente, Abrahim Abenamies, diciéndole “…quod tu scribas, tam in regno Aragonum quam Valencie, omnes cartas seu instrumenta que in arabico scribenda fuerit…”. David Romano, estudió esta familia de judíos, hablando de distintos factores “que apuntan a que eran oriundos del reino de Valencia” (p. 250 de “De historia judía hispánica”). Se ha de decir que la faena que ejercían se centraba en las relaciones diplomáticas con estados de lengua oficial árabe com Granada, Tunicia….
La inmensa mayoría de las conquistas cristianas fue por capitulación. Las condiciones de la rendición, se escribían en latín y árabe, por ser las lenguas oficiales de cada parte “cartam…latine et arabice scriptam”, aunque poca gente las conociera. La pérdida de una de las partes, era una buena ocasión para traducirlas al romance. En el año 1298, el cadí de la morería de Valencia o “alcadii morerie Valentie” que era “Mahomat Abenguabarrig”, y un judío de Valencia “iudeum Valentie” de nombre “Samuelem Abenvives, tradujeron al romance valenciano los privilegios del valle del Alfandech o de Valldigna, que solo se conservaban en árabe “quodquidem privilegium est scriptum in arabico”. El notario de Valencia “Petro Sancii de Albareda”, nos cuenta cómo les dictaron “qui dicti Mahomat et Samuel exposuerunt mihi”, comenzando la traducción “quod tenor dicti privilegii erat ut sequitur: En nom de Deu…” (p. 123 de “Cartas pueblas de las morerías valencianas…” de Febrer Romaguera).
En el año 1307, en la escuela de lenguas de Xátiva, los dominicanos exigían que el árabe lo enseñara un judío o un sarraceno, evidentemente instruidos en árabe, “Ordinamus insuper et mandamus Priori Xativensi, quod conducat, et habeat unum Iudeum, qui etiam in Arabicum sit instructus, vel aliquem Sarracenum…”, y no es preciso decir que debían de saber romance. (p.225 del libro “Actas de los Capítulos Provinciales de la Provincia de Aragón (1301-1370)” de Robles Sierra).
La competencia en romance de algunos musulmanes valencianos, llegaba a encargarse de hacer traducciones “in lingua aragonum”. Efectivamente, de 1355 es la traducción del privilegio de Alfondeguilla y Castro, que “in romancio seu in lingua aragonum fuit translatum”, por “Abrahim Abenxuay,…alcaldi castri et vallis de Uxone et per Fat Albarramoni, alcadi morerie civitatis Valentie”, que seguro que no tendrían ningún problema en hallar correligionarios que pudieran ayudarles. Por esta misma época, también habían cristianos valencianos que dominaban el aragonés. Sabemos que el notario valenciano Villalba (c. 1327-1404), escribía aragonés, porque Guitard se dirigió a Sirvent hablándole sobre las letras “…vostres e d’en Vilalba quas vidi, ex latino et aragonensi vulgari”. Finalmente, Joan Andres, alfaquí de Xátiva que se convirtió al cristianismo en el año 1487, tradujo el Corán “d[e] arauigo en le[n]gua aragonesa”.
La carta puebla de los musulmanes de la Vall d’Uxó data de agosto de 1250 y en su redacción participó Salamo Ibn al-Quitzen o Salamo hijo de Alquitzen, quien “Escrivi totes les coses damunt nomenades en lo dit kalendari per manament del molt alt senyor rey a qui Deu salvu, Salamo fill de Alquitzen.”, suscribiendo a continuación el rey Jaime “Signum Jacobi, Dei gratia regis Aragonum…” (Cartas de poblamiento valencianas, p. 226, doc. 84, agosto 1250). Seguramente la parte latina se extravió, porque en el año 1368, “a instancia e requisicio dels serrahins de la damunt dita Vall de Uxo”, se mandó “splanar e reduhir de morisch en cristianesch, de paraula a paraula…”. La traducción al valenciano la hicieron “Çaat Altafaç, serrahi de la moreria de Valencia, e alcadi dels lochs los quals lo senyor rey ha en lo regne de València, de Sexona a enllà, e a Abdallà Ibenhudeyl, serrahí, alfaqui de la damunt dita moreria de Valencia”, los cuales se consideraban “abtes, sufficients e experts en letra aràbica o morischa”. Comprobamos que en ningún momento se pone en duda ni se exije que fueran “abtes, sufficients e experts” en lengua valenciana, porque seguramente se daba por supuesto.
En el año 1360, la reina “Na Alienora, regina”, escribió a “Domingo Lull, batle e procurador dels lochs de Elix e de Crivilen” y le dijo que “Mahomet Alfoll”, se había quejado, porque le exigían “donar en cristianesch translat del manual a compte seu”. La reina le mandó respetar la costumbre de que se hiciera en arábico “observets al dit supplicant lo us e custum del dit loch de Elix antigament acostumat e observat en los altres collidors en donar lo manuall o compte de lur collita en arabich”, y que si quería tenerlo en romance, que lo pagara a cargo de la corte “si vos empero hauets necessari que’l dit compte sia transladat en crestianesch per raho de vostres comptes, fets aquell trasladar a messions de la cort…”. Comprobamos que “Mahomet Alfoll” no tenía más problema para hacer la traducción al romance, que se la pagarían.
Según Carmen Barceló, el “Libre de la Çuna e Xara”, de Sumacárcer fue traducido en el año 1408, porque añade 100 años al “anno a nativitate M. CCC. Octavo” que consta en el manuscrito. Dice del traductor que “Tal vez fuera un cadí o lugarteniente de cadí real de Xátiva o Alzira como parece desprenderse de la consulta que aparece en el capítulo 316”. El 29 de diciembre de 1419, un moro forastero de Túnez fue interrogado en Valencia por el “torçimany Farais de Bellvis, moro, com aquell no sabes aljemia”. En 1430, “el lugarteniente de alcadí, Mahomat Alestandar, natural de la morería valenciana, actuaba como traductor de un acta de procuradores de pleito presentada en un proceso que se veía en la bailía.” (p. 67 del vol. 22 del “Anuario de estudios medievales”).
Habiendo comprobado que tanto los cristianos, musulmanes y judíos que havían vivido bajo dominación musulmana, como sus descendientes, dominaban el árabe y el romance, en el próximo artículo comprobaremos algunos efectos de la convivencia de las dos lenguas.
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