Protestas contra el Presidente de la AVL y pintadas y cientos de correos colapsan la academia catalanista. 

El pleno reafirma la unidad y democracia interna de la entidad tras ser cuestionada por la definición de valenciano

 No figuraba en el orden del día, pero la polémica con el Consell y el PP por la definición de valenciano incluida en el Diccionari Normatiu Valencià (DNV) fue la protagonista en el pleno de ayer de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL). «No se podía no decir nada», explicó un miembro de la entidad.

No se habló de definiciones concretas. Tampoco de hipotéticos escenarios tras el dictamen del Consell Jurídic Consultiu (CJC) sobre la palabra en cuestión. Unidad y normalidad institucional fue el mensaje transmitido oficialmente por la AVL, sin más precisiones. Apoyo unánime también al presidente de la entidad, Ramon Ferrer, que ayer volvió a sufrir pintadas en la fachada de su domicilio acusandole de catalanista. También apareció una frente a la sede de la Acadèmia, firmada por el Grup d'Acció Valencianista (GAV).

Asimismo, el correo de la institución recibía decenas de mensajes de idéntico contenido, firmados por personas diferentes y escritos en un valenciano no normativo. En ellos se reclama la supresión de la Acadèmia.

La Acadèmia ha definido valenciano como «lengua románica hablada en la Comunitat Valenciana, así como en Cataluña, Baleares, el departamento francés de los Pirineos Orientales, el Principado de Andorra, la franja oriental de Aragón y la ciudad sarda de l'Alguer, lugares donde recibe el nombre de catalán». La definición de este es inversa; dice que es la lengua hablada en los sitios citados, salvo que en la C. Valenciana «recibe el nombre de valenciano».

El Consell y el PP han desaprobado que valenciano y catalán sean «compatibles». No obstante, y pese a renunciar a la presentación pública de la obra, la AVL optó el miércoles por colgar en su web el documento, sin esperar al dictamen del Jurídic.