Un agricultor muere intoxicado al tratar de sofocar una quema en Silla
El hombre, un peluquero jubilado, prendió fuego a restos de poda, pero las llamas se descontrolaron e invadieron una chopera cercana
«Se ha muerto trabajando, como el quería, pero con una muerte muy mala». El lamento corresponde a la viuda de Joaquín Montón, un vecino de Silla de 73 años que ayer perdió la vida en un campo de la localidad. Según las primeras investigaciones, la víctima trataba de sofocar un incendio causado por la quema de restos de poda en un campo de su propiedad.
Ximo 'El Barbero', como era conocido en la localidad por su profesión de peluquero, ya estaba jubilado. Como era costumbre habitual por las mañanas, salió de su casa para cuidar su campo de caquis, situado a unos dos kilómetros del municipio de l'Horta, al lado de una chopera de la partida Mas de Baix.
Al parecer, la desgracia sobrevino sobre las tres de la tarde. El hombre amontonó los restos agrícolas y les prendió fuego en una esquina de su pequeño terreno de cultivo. Pero se vio en serios apuros cuando el viento empezó a empujar las llamas, a través de unos matorrales, en dirección a la cercana chopera, propiedad de una conocida familia de Silla y empleada como explotación maderera.

Poco después, Vicente, otro vecino de Silla, vio la humareda cuando circulaba en moto por un camino próximo. Pero sólo supo que podía esconder una tragedia al encontrarse a la esposa de la víctima, teléfono móvil en mano. «Estaba muy preocupada. Decía que Ximo no había ido a comer y no respondía a las llamadas. Entonces di media vuelta con la moto y volví a la chopera. Allí estaba él, calcinado». Poco después llegaron al lugar agentes de la Policía Local, que confirmaron la fatalidad. El resto fue trabajo de los bomberos, la Guardia Civil y el juzgado de guardia.
Joaquín ejerció toda su vida de peluquero, al igual que su padre. Regentaba una barbería en la céntrica calle San Roque del municipio, lo que le convirtió en un hombre «conocido y muy apreciado en todo el pueblo». La víctima del incendio estaba casado y era padre de dos hijas. Al enterarse de la desgracia, sus familiares acudieron hasta la chopera, donde se vivieron duras escenas de dolor. Mientras, otros agricultores y paseantes lamentaban la pérdida del vecino de Silla.
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