Sufrió un desmayo
Una enfermedad aparta a la fallera mayor infantil de Valencia de los próximos actos
Claudia Villodre, que sufrió un vahído el pasado sábado, está siendo tratada y en la JCF confían que reaparezca en breve
«Desde la Junta Central Fallera, comunicamos que la fallera mayor infantil de Valencia, Claudia Villodre Gómez, debido a una indisposición, no acudirá a los actos programados los próximos días. En cualquier caso, los actos oficiales como los intercambios de fotografías y la Gala de la Cultura Infantil, se desarrollarán según lo previsto». Con este texto, el máximo organismo fallero informaba de la ausencia por prescripción médica de la fallera infantil, que se ve obligada de esta manera a suspender su agenda hasta nueva orden. Una orden que esperan se produzca lo más rápidamente posible, aunque no se contempla que esto llegue antes del próximo fin de semana.
Claudia empezó a tener problemas el pasado sábado cuando se sintió mareada en la multitud que se dio cita en la Exposición del Ninot, razón por la cual se la retiró discretamente del cortejo. Aún así le dio tiempo a disculparse ante la alcalesa, Rita Barberá. En aquel momento se optó por darle descanso y, de hecho, su agenda se suspendió ya en ese momento. Se le dio toda la semana de tratamiento y descanso pero ayer, ante la inminencia del nuevo fin de semana, la JCF decidió comunicar que Claudia no estará presente.
El protocolo activado sugiere que, de momento, la fallera mayor Carmen Sancho ocupará, en la medida que pueda, su lugar. Hoy, por ejemplo, está prevista una situación tan chocante como que será ella la que entregue a las falleritas infantiles la foto firmada de Claudia en el tradicional acto de intercambio. A partir de ahí, e independientemente del tiempo que esté de baja la fallerita de Russafa, la corte infantil seguirá acudiendo a actos, con el fin de no perjudicarlas. Por ejemplo, no dejarán de asistir, el domingo por la tarde, a la Gala de la Cultura, acto que tenía que haber presidido la niña.
«Absoluta normalidad»
La JCF hizo un llamamiento general para que el tema «se trate con absoluta normalidad y naturalidad. Primero, por ser una menor y, cómo no, por saber que pronto contaremos de nuevo con la presencia de nuestra fallera mayor infantil de 2014». En cualquiera de los casos, lo que sí que está claro es que no se trata de una patología que pueda comprometer su salud de forma grave, pero sí que desaconseja que acuda a los actos, en los que se requiere unos horarios a veces muy extremos —no sólo los que se marcan en el programa, sino los previos—, además de todas las especiales circunstancias de nervios, agobios, multitudes, etcétera, mismos condicionantes en los que se produjo el mareo del pasado sábado.
La JCF hizo un llamamiento general para que el tema «se trate con absoluta normalidad y naturalidad. Primero, por ser una menor y, cómo no, por saber que pronto contaremos de nuevo con la presencia de nuestra fallera mayor infantil de 2014». En cualquiera de los casos, lo que sí que está claro es que no se trata de una patología que pueda comprometer su salud de forma grave, pero sí que desaconseja que acuda a los actos, en los que se requiere unos horarios a veces muy extremos —no sólo los que se marcan en el programa, sino los previos—, además de todas las especiales circunstancias de nervios, agobios, multitudes, etcétera, mismos condicionantes en los que se produjo el mareo del pasado sábado.
Los comunicados de adhesión y simpatía hacia la niña de la falla Reino de Valencia-San Valero se han multiplicado desde que se dio a conocer su baja forzosa, a la vez que en seguida se han sacado las primeras conclusiones sobre todo en referencia al tren de actos que tienen los infantiles, aunque no menos cierto es que la indisposición se produce en una época todavía tranquila.
Fuentes de la JCF consultadas ponían de relieve que, por encima de cualquier otra consideración, lo más importante es que la niña —que está desarrollando el reinado a plena satisfacción— se recupere y que no la reincorporarán mientras exista la más mínima duda de que pudiera recaer.
Hay que remontarse al año 1990 para encontrar un problema de salud que propicie la baja de una fallera mayor de Valencia. En aquella ocasión, y en plena semana fallera, la entonces fallera mayor Pepa Oliver tuvo que ser operada para extraerle una fístula que la llevaba atormentando los días previos. La baja, sin embargo, fue de apenas 24 horas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario