Murió amordazada por su asistenta rumana y su novio durante un robo en su piso frente a los jardines de Viveros
Interpol detiene en Bielorrusia al sospechoso del crimen de Viveros
El arresto se produce seis años después del crimen y obliga a suspender el juicio previsto para hoy contra su pareja y asistenta doméstica de la víctima
La investigación del crimen de Concepción Gadea, la anciana que murió amordazada durante un robo en su piso frente a los jardines de Viveros, puede dar un vuelco en los próximos meses. Interpol ha detenido a Koba Baliaschwili Gelashwili, el novio de la empleada de hogar de Gadea y principal sospechoso del crimen.
El arresto se ha producido días antes de que se celebrara el juicio por estos hechos, que tenía previsto comenzar hoy en la Audiencia Provincial de Valencia y que ha sido suspendido para instruir nuevas diligencias. La Fiscalía retiró la acusación contra la asistenta doméstica Mariana Kadadigze al considerar que no existen pruebas suficientes contra ella. Sólo la acusación particular mantiene una petición de condena.
No obstante, el arresto de Koba, que se produjo en Minsk (Bielorrusia), puede deparar novedades. Lo previsible era que las acusaciones solicitra hoy un aplazamiento del juicio para la práctica de nuevas diligencias respecto al detenido, como así ha sucedido. La Fiscalía ya ha solicitado en el juzgado de Instrucción número 13 de Valencia la extradición del arrestado. La acusación particular se ha sumado a la petición.
Concepción Gadea fue hallada sin vida el 1 de febrero de 2007. La Policía siempre pensó que Koba era el principal sospechoso del crimen. La pareja desapareció al día siguiente de la muerte de la anciana. Mariana fue encontrada unos meses más tarde en una clínica de Suiza. Ingresó en la prisión de Picassent, pero al cabo de unos meses quedó en libertad por falta de pruebas.
Sin embargo, el sospechoso ha conseguido eludir el cerco policial durante seis años. Finalmente la búsqueda de Interpol ha dado sus frutos. Una de las pruebas fundamentales en esta investigación será cotejar el ADN hallado en la cinta que se utilizó para amordazar a la víctima con el del principal sospechoso. El análisis de Mariana resultó negativo. Esta fue una de las claves por las que la Fiscalía decidió en su día pedir el archivo del caso y no acusar a la asistenta.
La situación no es la misma con Koba. La policía no pudo obtener un perfil genético del sospechoso ni tampoco a partir de familiares porque no se localizó a ninguno en España.
El robo en la vivienda de Botánico Cabanilles se produjo la madrugada del 1 de febrero. Los asaltantes «maniataron y amordazaron» a la víctima para apoderarse de los objetos de valor y para impedir que pidiera auxilio, según consta en el relato de hechos del Ministerio Fiscal. Los ladrones se llevaron collares de perlas, pulseras y medallas de oro, así como cámaras fotográficas y de vídeo. Además, descubrieron 5.000 euros en efectivo que la mujer guardaba en una caja fuerte del inmueble. La víctima falleció por un mecanismo mixto de asfixia por sofocación. Tenía 80 años.
Muchos eran los indicios que apuntaban a la participación de la asistenta y su pareja. En primer lugar, que los investigadores no hallaron signos de que la puerta de la vivienda estuviera forzada. Y Maríana, la asistenta natural de Georgia, disponía de llaves del piso. Desde que se produjeron los hechos, la empleada doméstica no dio ninguna explicación y nunca más regresó al trabajo. No obstante, durante la fase de instrucción, algunos allegados a los sospechosos explicaron que la pareja ya había comentado en alguna ocasión que querían marcharse de España.
La Fiscalía solicitó en su día el archivo de las actuaciones. Finalmente, así lo hizo el juzgado de Instrucción. Meses más tarde, la Audiencia ordenó reabrir el caso porque los datos recogidos hasta la fecha «permiten establecer la probabilidad de que la imputada tuviera participación en los hechos», tal y como recogía en su día el auto.
La víctima era muy conocida en la ciudad. Su esposo, Rafael Cañamás, quien falleció hace casi dos décadas, fue un prestigioso ingeniero agrónomo. Macarena Gadea, hija de la fallecida, fue fallera mayor de Valencia en 1975. Otra descendiente de la malograda anciana regenta la tienda de flores La Tartana.
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