20.000 a cargo de la Generalidad
El malestar en el PP nacional obliga a Fabra a renunciar a su profesor de liderazgo
El Consell pasa en tres horas de defender las bondades de la contratación del 'coach' Marigorta a la rescisión del acuerdo
La zona noble de la sede nacional del PP fue la encargada de poner los puntos sobre las íes en la calle Caballeros. No sentó nada bien en Génova conocer, y más aún aireado por los medios de comunicación, que la Generalitat gastaba 20.000 euros en pagar clases de liderazgo al presidente Alberto Fabra. Génova trasladó ayer su gran malestar a Presidencia y en el Palau no les quedó otra que rectificar: anunciaba casi a las 15.30 horas que el Gobierno valenciano no iba a pagar un euro por esas lecciones y un poco más tarde aseguró que se había rescindido el contrato «de mutuo acuerdo» con el 'coach' Javier Marigorta, aunque este último dio a entender que lo desconocía.
La situación no estaba así cuando compareció José Císcar, vicepresidente y portavoz del Consell para dar cuenta de los acuerdos adoptados en el pleno. Císcar trató de justificar la contratación de este profesor particular para formar al presidente en el camino del éxito político. Fue la primera pregunta que tuvo que abordar en su comparecencia. «El presidente es una persona que se exige mucho a sí mismo y tiene un alto afán de superación», afirmó el portavoz.
Con la contratación del 'coach' Javier Marigorta para aleccionar a Alberto Fabra se trataba de llevar a cabo «una formación permanente para dar lo mejor de sí mismo. Es un esfuerzo de formación para ponerlo al servicio de los ciudadanos», aseguró el vicepresidente.
Císcar insistió en el razonamiento, en la estrategia de comunicación, por lo visto, trazada desde el Palau. «La contratación se enmarca en esta situación, desde su responsabilidad como presidente de la Generalitat, dar el máximo de sí mismo en beneficio de todos los ciudadanos».
El portavoz del Gobierno valenciano aseguró que la contratación de profesores particulares para dar clases de liderazgo es algo habitual entre líderes políticos y empresariales. Císcar indicó que el presidente Fabra es una persona que «destaca por su sentido común, su cercanía y su capacidad de trabajo».
La decisión de la Generalitat de contar con un experto no fue casual. Las fuentes consultadas por este diario explican que los datos hechos públicos hace pocas semanas por el CIS, relativo al nivel de popularidad del presidente valenciano, causaron preocupación en la calle Génova. Hasta el punto de que desde la dirección del partido -se apunta a la número dos, Dolores de Cospedal- se habría trasladado al Palau la necesidad de tomar algún tipo de decisión con el objetivo de corregir esta situación.
Dicho y hecho. Pero no en el sentido indicado por Madrid. Lo que pretendía ser probablemente un consejo para que el jefe del Consell se dejara ver con más frecuencia y reforzara su proximidad con los ciudadanos terminó siendo interpretado de forma equivocada -siempre según las mismas fuentes- como una invitación a dejarse aconsejar por algún profesional en cuestiones de formación y liderazgo.
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