Un cazador dispara a otro al confundirlo con un animal y huye
El acusado disparó tras escuchar ruido detrás de una carrasca y abandonó el lugar pese a los gritos de la víctima: «Me han dado»
Dos cazadores se enfrentan a penas de prisión y multa por disparar a un hombre al confundirlo con una pieza de caza y, tras los gritos de auxilio de la víctima, abandonar el lugar sin socorrerle.
Los hechos ocurrieron en febrero de 2011. Los dos acusados, Francisco y Antonio, se encontraban en el término municipal de Loriguilla. Ambos pertenecen al club de cazadores «El Jabalí», con sede en la misma población. Ese día se dedicaban a capturar tordos.
Una vez finalizó la jornada cinegética, la pareja se dirigió hacia su vehículo. Era alrededor del mediodía. Ya en las proximidades del automóvil, en un descampado cercano, escucharon un ruido tras una carrasca. Lo primero que pensaron es que se trataba de un animal. Antonio lanzó una piedra, pero no recibió contestación ni observó ningún movimiento. Fue entonces cuando cogió el arma, que al igual que la de su compañero estaba cargada, y disparó en dos ocasiones.
La mala suerte quiso que tras los arbustos y en un sendero que baja de la montaña se encontrara la víctima de este accidente. Vicente, que se había dedicado esa mañana a la caza del jabalí al gancho, caminaba tranquilamente cuando recibió el impacto de dos disparos. Vestía un chaleco y prendas reflectantes para ser identificado por el resto de aficionados y evitar un accidente como el que finalmente sucedió.
Vicente, tras resultar herido por los dos perdigonazos, gritó: «Me han dado, me han dado». Pero los cazadores hicieron caso omiso. Abandonaron el lugar «corriendo» hacia su vehículo y dejaron la conocida como zona de Cerro del Calvo, según consta en el escrito de calificación del Ministerio Público.
Dos días más tarde, y cuando el suceso había sido tratado en los medios de comunicación, el ahora acusado Francisco comunicó el incidente y su actuación posterior al presidente de la Sociedad de Cazadores. A continuación, acudió a la Guardia Civil a confesar los hechos.
La víctima necesitó asistencia médica. Permaneció once días hospitalizada y no se recuperó de sus lesiones hasta pasados cuatro meses. El cazador arrastra un perjuicio estético como consecuencia de las lesiones. La Fiscalía de Valencia pide para el acusado Francisco dos años de prisión por la omisión del deber de socorro y cuatro meses por un delito de lesiones imprudentes. Al otro cazador, también acusado, le reclama una multa de 3.600 euros por no auxiliar al herido. El Ministerio Público solicita, además, una indemnización de 7.600 euros por las lesiones y algo más de 10.000 euros por las secuelas.
Tres muertes desde 2007
La caza es un deporte de cierto riesgo. El pasado 26 de octubre, un hombre de 35 años de edad murió como consecuencia de un accidente de caza ocurrido en el término municipal de Artana, en la provincia de Castellón. La víctima recibió un disparo de otro cazador de forma accidental durante una batida de jabalí en la sierra de Espadán.
Emergencias recibió el aviso a las 10.23 horas. De inmediato, el Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat movilizó a la Guardia Civil, los bomberos y el SAMU. Cuando los sanitarios llegaron al lugar, el cazador ya había fallecido. También acudió con urgencia el Grupo de Rescate de la Guardia Civil y un helicóptero del instituto armado para sacar el cadáver. Tras las primeras investigaciones, la Guardia Civil imputó al autor del disparo mortal, un hombre de 54 años, por un delito de homicidio imprudente. La víctima residía en la localidad de Betxí.
El 11 de noviembre de 2007, dos cazadores murieron al recibir sendos disparos accidentales de escopeta en los municipios de Vila-real y Viver. En esta última localidad falleció Pedro Soriano Vicente, de 61 años. El disparo accidental se produjo cuando estaba apoyado en la escopeta y su perra le saltó encima.
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