Seguridad alimentaria
Guía para entender los cambios en el etiquetado del yogur
La decisión del Gobierno de eliminar la fecha caducidad de los yogures (hasta ahora era de 28 días desde su elaboración) y sustituirla por una fecha de consumo preferente que establecerán libremente los fabricantes ha desatado reacciones a favor y en contra por parte de las asociaciones de consumidores y productores. La decisión sobre el consumo recae ahora en el consumidor.
¿Qué es lo que ha cambiado en lo que respecta al yogur?
Hasta ahora el Real Decreto 179/2003 de 14 de febrero (norma de calidad para el yogur), obligaba a establecer una fecha automática de caducidad (28 días desde su elaboración). Éste ha sido sustituido por elReal Decreto 176/2013, de 8 de marzo, que entró en vigor el 29 de marzo. A partir de ahora, en lugar de fecha de caducidad las etiquetas llevarán impresas una fecha de consumo preferente que fijará libremente el fabricante en función de las características de su producto (su método de elaboración, envase, etc.)
¿Qué diferencia hay entre la fecha de caducidad y la de consumo preferente?
La fecha de caducidad indica hasta cuándo un producto es seguro para el consumo y afecta a los alimentos muy perecederos y con riesgo microbiológico, como carnes y pescados crudos y frescos, la pastelería o algunos productos lácteos (hasta el pasado 29 de marzo también afectaba al yogur). Una vez que ha caducado, el producto no debe consumirse porque existe el riesgo de que esté en mal estado o tenga bacterias patógenas. Para aprovechar los alimentos que van a caducar pronto, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) sugiere congelarlos. Eso sí, al descongelados hay que consumirlos en menos de 24 horas.
La etiqueta de consumo preferente se aplica a productos más duraderos e indica la fecha a partir de la cual el producto va perdiendo o cambiando parte de sus propiedades organolépticas (sabor, aroma, textura, color, etc). Sin embargo, aunque esté rancio o cambie su textura o color, si se ha conservado de manera adecuada, su consumo después de la fecha no entraña riesgos para la salud.
¿Por qué se ha cambiado la normativa?
Según el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA), para incorporar la legislación europea a la española y reducir el despilfarro de alimentos (la medida se enmarca en una campaña denominada 'Más alimento, menos desperdicio' que pretende reducir a la mitad la comida que se tira hacia 2025). Además, se considera que la norma de 2003 ha quedado obsoleta, ya que la tecnología actual permite aplicar técnicas y diseñar nuevos envases que permiten alargar la vida de los productos.
¿Es seguro para la salud consumir un yogur después de los 28 días que transcurren desde su elaboración?
Si se ha mantenido la cadena de frío y se ha conservado bien refrigerado, las autoridades sanitarias sostienen que no entraña riesgos para la salud consumirlo días después de que se haya cumplido el plazo, aunque sus cualidades y sus propiedades nutricionales sí empeoran. En cualquier caso, es el consumidor el que debe evaluar el producto y tomar la decisión final.
¿Cómo puede saber el consumidor durante cuánto tiempo puede consumirlo una vez pasado el plazo recomendado?
El presidente de la Academia Española de Nutrición y Ciencia Alimentaria, Lluís Serra, considera que si se ha mantenido bien refrigerado, un plazo orientativo puede ser de entre dos y tres semanas después de la fecha recomendada. El plazo dependerá, no obstante, de cómo se haya conservado el producto, pues a veces se rompe la cadena de frío en el supermercado o al transcurrir mucho tiempo desde que compramos el producto hasta que lo metemos en la nevera.
¿Qué plazo de consumo recomendará las nuevas etiquetas de los yogures?
Cada fabricante puede poner lo que estime conveniente en función de las características de su yogur, su envase, método de elaboración, etc. Según Luis Calabozo, director general de la Federación Nacional del Industrias Lácteas (FeNIL), en las reuniones que han mantenido los representantes del sector en los últimos meses se hablaba de 35 días para garantizar sus propiedades nutricionales. Calabozo señala que el sector quiere acordar una fecha común "para dar un mensaje consistente a los consumidores".
¿Podrán los fabricantes establecer una fecha de consumo preferente inferior a los 28 días?
Sí, el nuevo real decreto les otorga libertad para establecer la fecha que consideren más adecuada para sus productos, así que en la práctica podrían recomendar un plazo para el consumo inferior. No obstante, el objetivo de este cambio de normativa es que se amplíe el plazo de 28 días, no que se reduzca.
¿Cuándo se comercializarán los yogures con las nuevas etiquetas?
Aunque el real decreto entró en vigor el 28 de marzo y por tanto, ya pueden comercializarse, podrían tardar algunos meses en estar en las tiendas. Los fabricantes tienen que realizar las pruebas a los productos para estimar la caducidad y realizar los cambios oportunos en el etiquetado.
¿Qué opinan los fabricantes sobre el cambio de normativa?
Los fabricantes han adoptado una posición conjunta a través de la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil). Consideran adecuado ampliar de 28 a 35 días el plazo porque el el desarrollo tecnológico de las cadenas de frío lo permite. Sin embargo, no están de acuerdo con que se sustituya la fecha de caducidad por la de consumo preferente y se dé libertad al fabricante porque se podría "banalizar el producto, perjudicar la seguridad alimentaria del consumidor y confundirle", sobre todo en un país cálido como España. Además, consideran que se trata de una medida sanitaria que viene de la UE y no creen que sirva para reducir la cantidad de alimento que se desperdicia.
¿Qué valoración han hecho las asociaciones de consumidores sobre el cambio de etiquetado?
La Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU) ha pedido a las empresas que ofrezcan la mayor transparencia sobre los motivos de este cambio para evitar riesgos sanitarios para la población y los criterios que determinen las nuevas fechas, "pues el cambio de un sistema de caducidad por otro de preferencia incidirá en la decisión de los ciudadanos a la hora de consumirlos". Mientras no se publiquen esos argumentos, recomienda a los usuarios "que tomen la nueva fecha de consumo preferente como fecha de caducidad".
Por su parte, el portavoz de FACUA, Rubén Sánchez, ha criticado la forma en que se ha tomado la medida, "sin consultar con las asociaciones de consumidores", y ha reclamado que "se muestren los criterios científicos que se han seguido" para realizar este cambio. Sánchez se muestra crítico con el ministro Miguel Arias Cañete por afirmar hace meses que él come yogures caducados y denuncia que durante muchos años "se ha tomado el pelo a los consumidores". "Se nos ha recomendado algo que no era correcto, invitándonos a tirar a la basura un producto que hubiera aguantado en buen estado durante más tiempo", afirma. FACUA señala que, aunque podría ser una medida adecuada la de extender de 28 a 35 días el plazo de consumo, espartidaria de mantener la fecha de caducidad, pues "si ha habido un problema en la cadena de frío del que el consumidor no es consciente (por ejemplo en la distribución o en el supermercado) sería más seguro la fecha de caducidad".
¿Cuánto yogur se consume en España?
En 2012 se consumieron 454.948 toneladas de yogur y 269.234 toneladas de leches fermentadas y productos con bifidus, según la Federación Nacional del Industrias Lácteas.
¿Qué cantidad de yogur se tira a la basura por haber caducado? ¿Qué porcentaje de ciudadanos consume yogures aunque estén caducados?
Ni el sector ni el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ofrecen datos sobre la cantidad que se tira. Desde Fenil sólo aseguran que "el desperdicio es mínimo" porque se ajusta mucho la producción a la demanda. Según sostiene su director, Luis Calabozo, los fabricantes retiran de las tiendas los yogures que van a caducar próximamente y esos productos son entregados a los bancos de alimento para que puedan ser consumidos antes de que alcancen la fecha de caducidad (otros fabricantes envían también yogures recién fabricados a los bancos de alimentos). Por el contrario, las asociaciones de consumidores denuncian que los supermecados tiran gran cantidad de yogures por su política de tener los estantes llenos y critica que el sector se niegue a dar las cifras.
Algunas empresas utilizan el yogur caducado para elaborar piensos animales.
Según el monográfico de alimentos caducados 2012 del Barómetro del Clima de Confianza del Sector Agroalimentario, el 78,8% de los consumidores entrevistados menciona los yogures cuando se le preguntaba por los productos que consume aunque hayan caducado. Por otro lado, un 7,6% de los entrevistados afirmaba que nunca consumiría yogures una vez caducados. (Este estudio fue realizado por el Instituto Cerdá para el MAGRAMA)
¿Cuántos alimentos se desperdician cada año
Según la FAO, se desperdicia un tercio de la producción mundial de alimentos. En la UE se desechan cada año 89 millones de toneladas de comida. En España se tiran anualmente 7,7 millones de toneladas. El 42% de la comida desechada proviene de los hogares, el 14% de la hostelería, el 39% se pierde en los procesos de fabricación y el 5% durante la distribución.
¿Qué alimentos se pueden consumir con seguridad aunque haya pasado la fecha de consumo preferente?
La OCU ofrece una guía orientativa:
"Las galletas y los bollos que hayan superado la fecha de consumo preferente pueden estar algo más rancios, más secos, pero si los probamos y están bien, son cetiles".
"Los aperitivos salados, las pastas secas, y los productos de ultramarinos en general también pueden tomarse si supera la fecha en unos días o un mes, siempre que se prueben y tengan buen sabor. Lo mismo ocurre con los embutidos al vacío o en atmósferas modificadas, salvo en algunos casos, como en el del pavo o el jamón cocido. Al tener mucha agua, estos productos son más frágiles, mientras que los curados o quesos son más resistentes y se pueden comer aunque se pase un poco la fecha".
"Las bebidas refrescantes y las alcohólicas con fecha de consumo preferente también pueden consumirse más tarde. El color y el sabor puede cambiar. Algunas pierden dulzor porque los edulcorantes se pueden descomponer, pero no es peligroso. Se prueban, y si están bien, se pueden consumir". Productos como el vino o la miel pueden consumirse fuera de plazo también aunque puede empeorar su sabor.
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