SUCESOS
La fiscal pide cuatro años al conductor ebrio que arrolló a la ciclista en San Vicente
El acusado circulaba a más de 94 kilómetros por hora en el momento del atropello mortal a la joven universitaria
Diovani Alexis, el conductor ebrio que arrolló a la joven ciclista Rebeca Borrás frente a la estación del AVE de Valencia, se enfrenta a cuatro años de prisión por un delito de homicidio imprudente y a la retirada del carné durante seis años, según el escrito de acusación de la Fiscalía.
La conducta de Diovani no pudo ser más imprudente. La prueba de alcohol arrojó 1,01 mg de alcohol por litro espirado. Además, el análisis de sangre, que aceptó que se le practicara en el Hospital General, reveló benzoileconina, un metabolito de la cocaína. En el momento de su detención, los agentes le decomisaron dos bolsitas con esta sustancia estupefaciente.
Los hechos se produjeron en enero de 2013 pasadas las seis y media de la tarde. Diovani, en compañía de un menor, circulaba por distintas calles de la ciudad de Valencia «a una velocidad superior a la permitida» y con sus facultades psicofísicas «notablemente disminuidas por la ingesta de alcohol».
La tragedia aconteció en el cruce entre la calle San Vicente y Roig de Corella. El acusado, que en ese momento circulaba a más de 94 kilómetros por hora, no respetó el semáforo en rojo. Rebeca cruzaba en ese instante por el paso de cebra, subida en su bicicleta.
El impacto fue brutal. La joven salió despedida a una altura de entre tres y cinco metros. Falleció nada más llegar al hospital. Diovani ni siquiera se detuvo a socorrerla. Continuó su marcha hasta que colisionó contra otros dos vehículos, a la altura del 176 de San Vicente, y un cartel de señalización de unas obras.
Rebeca Borrás era una joven universitaria que compaginaba sus estudios de Bellas Artes con la cocina de un casino. Era «responsable y trabajadora», según sus amigos.
El ahora acusado intentó durante la fase de instrucción eludir cualquier responsabilidad en el suceso. Llegó a decir que no era él quien estaba al volante. El supuesto conductor, según su versión, sería una tercera persona que huyó del vehículo nada más chocaron contra los turismos. Este relato de los hechos quedó completamente desvirtuado con la declaración del menor de edad que viajaba en el vehículo del infractor y que también resultó herido. Este joven, al parecer, se ha marchado de España.
Los agentes que se desplazaron al citado cruce encontraron al ahora acusado con evidentes síntomas de haber ingerido alcohol. Así, presentaba el rostro rojizo, aliento alcohólico, ojos acuosos, pupilas dilatadas y un andar balanceante.
Una condena anterior
Diovani, que se encuentra en prisión provisional y que ya tenía una condena de cuatro meses de prisión por un robo con violencia, había comprado el coche justo tres días antes del atropello.
El anterior propietario tenía un seguro en vigor. No obstante, dejó de pagar la última cuota al vender el turismo. La compañía solicitó entonces que cesara la vigencia del contrato, pero con efectos desde el 1 de enero, es decir, antes del siniestro en el que falleció Rebeca.
Por este motivo la Fiscalía realiza una calificación alternativa por si la compañía no fuera considerada responsable civil directa y evitara hacerse cargo de la indemnización de más de 156.000 euros que reclama el Ministerio Público para los padres de la universitaria.
La muerte de Rebeca Borrás despertó una repulsa multitudinaria. Días después del atropello, un millar de personas convirtieron el lugar en un templo para su memoria durante una concentración en la que además se demandó más seguridad para los ciclistas. Se colocó una bicicleta blanca en señal de recuerdo.
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