SUCESOS
Sólo 7 meses de cárcel para el conductor que se saltó dos semáforos y mató a una joven
La juez culpa en parte a la fallecida del resultado del accidente por no llevar cinturón de seguridad e impone una pena menor a la que pedía la defensa
«La jueza considera en cierta manera que la única responsable de la muerte de Anahí es ella misma. Pero si este individuo hubiera respetado los semáforos no hablaríamos de su muerte. Aquí debes ir borracho para que si causas un accidente te metan en la cárcel. En caso contrario puedes cargarte a quien sea y causar heridos y muertos, que sales de rositas». El tío de Anahí Giselle Montoya, una joven de 19 años en la flor de la vida, no sale todavía de su asombro. «Por supuesto que vamos a recurrir. Hasta donde haga falta», subrayó Santiago.
Su indignación surge de una sentencia conocida ayer: la que impone sólo siete meses de prisión a Alessandro Russo, un joven italiano que en la madrugada del 10 de septiembre de 2011 se saltó dos semáforos en rojo en la calle Guillem de Castro de Valencia, colisionó contra un autobús de la EMT, segó la vida de Anahí y causó heridas a otras dos amigas que viajaban en el asiento trasero del Seat Ibiza.
La condena es incluso más baja que el año de prisión de libertad que solicitó a la juez el propio abogado defensor del procesado, después de que este reconociera los hechos ante el tribunal. Y, desde luego, una pena muy por debajo de los tres años y siete meses de prisión que reclamaban la familia de la joven fallecida y la Fiscalía.
Atenuante por 1.000 euros
La principal razón para la exigua condena al acusado radica en el hecho de que Anahí no llevara puesto el cinturón de seguridad, como si ocurría con los otros cuatro ocupantes del coche. «El tráfico rodado es una actividad de riesgo socialmente aceptado, pero el riesgo que entraña está sujeto a una normas que se deben respetar para minimizarlo», señala la juez. Y argumenta: «Hay una concurrencia de culpas que producen el grave resultado: que el acusado se salta el semáforo en rojo, desobedeciendo una norma de cuidado del trafico rodado, y que la víctima no llevaba el cinturón de seguridad, debiendo y pudiendo llevarlo».
Todo ello a pesar de que durante la vista dos testigos entraron en contradicción acerca de si el cinturón de seguridad situado en el centro de los asientos traseros, donde viajaba la joven, funcionaba o no correctamente. «No iba», fue el apunte de Laura, la joven que iba a su lado y que sufre graves lesiones en su ojo derecho por el accidente. Sin embargo, un policía local sostuvo en el juicio que el cinturón funcionaba sin ningún problema.
Para la titular del juzgado de lo penal número 11 de Valencia, «Anahí no se puso el cinturón de seguridad, que estaba en perfecto estado de funcionamiento y que si llevaban los otros usuarios del vehículo».
El juzgado tampoco considera una circunstancia para agravar la imprudencia del conductor el que circulara a más velocidad de la debida. Un policía local indicó que iba «a más de 50» y un chófer de la EMT que contempló el impacto subrayó su impresión de que el procesado iba por encima de la velocidad máxima permitida.
No obstante, al no existir «una prueba practicada sobre la velocidad que la objetive, no se puede considerar suficiente», según el fallo.
Lo que sí considera la sentencia como circunstancia atenuante es la de 'reparación del daño causado', por el hecho de que el procesado depositara en el juzgado 1.000 euros para las víctimas. Lo hizo dos días antes del juicio y más de tres años despues de que Anahí perdiera la vida.
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